Quinto susurro. Ya no puedo más
Tiempo de lectura:1Actualizado23:37
Rendirse a la evidencia de que ya no se puede más es el reconocimiento de nuestra limitación humana. A ninguno nos gusta sentirnos limitados de ninguna manera; no nos sentimos bien evidenciando nuestra fragilidad. Ante esta situación cabe sentirnos maleables, como la madera del sicomoro; o retorcernos como la madera del olivo. Da igual como nos sintamos porque, al final, la silueta de la cruz recortada en el horizonte tiene mucho que decirnos ya que, desde la encarnación del Hijo de Dios, no es justo echarle a Él la culpa de nuestros sufrimientos. Accede a contenidos adicionales en: cope.es/susurros
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