En Hablar en familia hablamos de algo muy nuestro, que no valoramos lo suficiente en el día a día, pero que echamos de menos cuando viajamos a otro país o cuando los horarios nos lo impiden. Nos referimos a comer en familia.

Comer en familia es buenos por muchos motivos. Nos obliga a dedicar más tiempo a este momento, a prestar más atención al menú y no comer cualquier cosa y nos ofrece un contexto perfecto para dar un empujón a la comunicación. Es un momento privilegiado para detectar problemas escolares, de relación o trastornos de alimentación, en el que todos podemos aprender mucho si compartimos no solo lo que ha pasado en el día, sino también cómo nos sentimos.

De todos estos temas habla en su último libro Miriam Magallón, madre de familia y terapeuta, que en “Comer en familia” aporta claves interesantes para que cuidemos este aspecto tan importante de nuestra vida.

Además de ofrecer ideas para ampliara nuestros conocimientos en nutrición propone que cuando nos sentamos a comer reparemos en la compleja cadena de esfuerzo y trabajo que hay detrás de cada alimento que llega a la mesa.

Este libro que acaba de publicar la editorial “Mensajero” también pone el acento en el aspecto emocional y en cómo nos relacionamos con la comida. En este punto, llama la atención de los adultos que no siempre son conscientes de que cuando después de una discusión con el jefe o de un día estresante, van directamente a la nevera, por poner solo dos ejemplos.

Si te interesa mejorar tu relación con la comida y cuidar al detalle esos momentos en los que todos os sentáis alrededor de la mesa, no te pierdas esta sección de “Hablar en familia”.