Después de todo lo vivido, la música que tanto nos ayudó en el confinamiento sigue siendo una terapia maravillosa para normalizar nuestra vida. Y una forma de consumirla y que su efecto sea rápido es en directo. Acudir a los conciertos es una manera de sentirnos libres y de disfrutar del arte. Si encima todo esto sucede en un lugar idílico, la conjunción es total.

Hablamos este martes de las Noches del Botánico, cuyo director artístico, Julio Martí, puso las calles junto a 'El Pulpo' y explicó la programación para este verano. “Tienes que estar trabajando todo el año para conseguir dos meses de éxito”, aseguró.

Se trata de la sexta edición del evento, que comenzó el pasado 8 de junio y que se prolongará hasta el próximo 31 de julio. Serán un total de 48 conciertos que significarán el regreso de la música en vivo al Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid después de un exitoso e inolvidable 5º aniversario.

Durante el año pasado, más de 80.000 espectadores pudieron disfrutar de 44 programas memorables que devolvieron el espectáculo a las noches de verano en la capital madrileña, situando al ciclo de conciertos como uno de los principales referentes del país.

Una edición más, Noches del Botánico sigue siendo fiel a la esencia que le convierte en un evento único y singular dentro del panorama nacional: la cuidada programación artística en un entorno inigualable.

El eclecticismo vuelve a impregnar la naturaleza con 84 artistas de más de una veintena de estilos donde quedan representadas las sonoridades del mundo. Así el público será partícipe de una experiencia que viaja a través de los ritmos afrocubanos, el rock, el pop, la música fusión y los orígenes del flamenco con tan sólo traspasar las puertas del corazón natural de la capital.
El recinto se ha preparado para acoger a más de 120 mil personas durante el ciclo, ampliando todos los servicios y espacios disponibles. Los asistentes podrán disfrutar de las grandes áreas verdes para relajarse y desconectar, además de degustar la renovada oferta gastronómica para terminar de dar el toque de exquisitez al concierto perfecto. Una iniciativa que ha sido posible gracias a la constante colaboración de la Universidad Complutense de Madrid.