Una venezolana que lleva un año en España señala la gran dificultad para tener un trabajo mejor: "Tengo fe"

Personas como María José a menudo deben sacrificar sus aspiraciones profesionales para sobrevivir y enviar remesas, a pesar de tener estudios

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Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' descubre la historia positiva detrás de María José y Luciana sobre las dificultades que enfrentan muchos inmigrantes

José Manuel Nieto

Publicado el

2 min lectura

María José llegó a España hace un año. En Venezuela, trabajaba en el área de Recursos Humanos de una empresa de seguridad y era feliz con su profesión. “Me encantaba mi trabajo, pero los medicamentos escaseaban, la comida también, y lo más básico no se encontraba”, recuerda.

Como tantos otros venezolanos, primero intentó comenzar de nuevo en Colombia. Allí, la situación no fue mejor: “Trabajé vendiendo aguacates, en pizzerías, en restaurantes… jamás pensé que llegaría a eso”, cuenta. Aun así, no se rindió. Cuando se le presentó la posibilidad de emigrar a España, la tomó con esperanza, a pesar de que esta vez venía sola y con el peso de su familia al otro lado del Atlántico.

El precio del sacrificio

La historia de María José refleja la realidad de muchas mujeres migrantes que llegan a España. Como explicó Carlos Moreno ‘El Pulpo’ en Poniendo las Calles, de los 9,4 millones de personas nacidas fuera de nuestras fronteras, muchas son mujeres que:

  • Trabajan en el sector servicios, principalmente en cuidados, limpieza y empleo doméstico.

  • Sostienen dos economías: la suya en España y la de sus familias en sus países de origen.

  • Tienen formación universitaria, pero no ejercen en su especialidad.
Una oficina del SEPE

Europa Press

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El caso de María José no es una excepción: “Estoy ayudando a mi familia en Colombia a que no pase tanto trabajo. Sé que hoy día el sacrificio es la oportunidad que a ellos les falta”.

Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en los próximos 15 años podrían llegar a España 2,5 millones de mujeres extranjeras. La mayoría estará en edad de trabajar, y su presencia será clave en un mercado laboral cada vez más dependiente de estos perfiles.

Estudios que no valen

Uno de los grandes obstáculos que enfrentan estas mujeres es la homologación de sus títulos. Como explica ‘El Pulpo’: “Seis de cada 10 mujeres extranjeras con contrato en España no trabajan en lo que estudiaron”.

Los motivos son múltiples:

  • Burocracia y trabas legales para validar sus títulos académicos.

  • Falta de oportunidades profesionales en sectores cualificados.

  • Presión económica que las obliga a aceptar cualquier empleo, a veces en la economía sumergida.
SEPE

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María José lo tiene claro: “Tengo la fe y la certeza de que con un poquito de paciencia, más adelante las oportunidades irán llegando poco a poco”.

No es la única

Como ella, Luciana, una argentina de 28 años, también se vio forzada a dejar su país. “Me frustraba no trabajar en lo mío y una de las cosas que más me preocupaba era cómo enviar dinero a mi familia allá”. Pero hoy, tras varios años de esfuerzo, ha conseguido un empleo en un estudio de arquitectura.

Ambas historias son ejemplo del tesón, la esperanza y la contribución invisible de miles de personas que, desde el silencio, sostienen hogares y economías enteras.

Visto en ABC

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