Javier Gallego, el doctor que acaba con el sudor excesivo: "No es normal sudar incluso cuando hace frío"
La hiperhidrosis afecta en España alrededor del 2,7 %, casi un 3 % de la población, casi un millón de personas, como David Broncano

Carlos Moreno 'El Pulpo' charla con el doctor Javier Gallego, médico especialista en intervenciones por el sudor
Publicado el
3 min lectura
La hiperhidrosis, una afección muchas veces invisibilizada, afecta en España a cerca del 3 % de la población. Esto supone aproximadamente un millón de personas que viven condicionadas por una sudoración excesiva que va más allá del calor o del ejercicio físico. Uno de los mayores expertos en el tratamiento de esta patología es el doctor Javier Gallego Poveda, director clínico de la Unidad de Hiperhidrosis y Rubor Facial, también conocida como la Clínica del Sudor. Su experiencia, compartida recientemente en Poniendo las Calles, ha servido para arrojar luz sobre una condición que puede cambiar la vida de quienes la sufren.
“Los pacientes se despiertan con las manos completamente secas”
El doctor Gallego, también especialista en cirugía torácica y cardiovascular, explicó que la hiperhidrosis es una enfermedad leve, pero que afecta gravemente la calidad de vida de quienes la padecen. “Lo que no es normal es sudar en exceso incluso cuando hace frío, especialmente en zonas como manos, axilas, pies o cara”, señaló. A pesar de su impacto, muchas personas ignoran que tiene tratamiento, y que este puede ser definitivo.
La técnica que lidera Gallego, la simpatectomía torácica superior bilateral, consiste en una cirugía mínimamente invasiva que se realiza a través de dos pequeñas incisiones por debajo de las axilas. “Lo curioso es que el paciente entra con las manos empapadas y se despierta, pasados diez minutos, con las manos completamente secas”, cuenta el doctor. El procedimiento utiliza clips de titanio en el nervio simpático, lo que no solo permite una solución inmediata, sino también reversible.

La palma izquierda sudorosa muestra cinco dedos.
Casos como el de Carla, hija del presentador Carlos Moreno 'El Pulpo', demuestran el impacto positivo de esta intervención. “Ahora tiene que ponerse crema hidratante, está absolutamente feliz”, dijo Moreno durante la entrevista. Otro caso conmovedor es el de un niño de seis años que no podía dibujar en clase porque empapaba los papeles: “No me gusta operar a niños tan pequeños, pero ese chaval no podía relacionarse, ni expresarse, ni jugar. Era necesario”.
Famosos como Broncano dan visibilidad al problema
El nombre del doctor Gallego ha resonado con fuerza en los últimos años, especialmente tras operar al cómico y presentador David Broncano. “Broncano fue valiente al compartir su historia, y eso ayudó a que muchas personas buscaran una solución a su problema”, explicó Gallego. Gracias a ello, la clínica ha atendido a un número creciente de pacientes, realizando más de 500 intervenciones al año, lo que la convierte en una de las unidades más activas de Europa y probablemente del mundo.
En la actualidad, la hiperhidrosis primaria —que suele aparecer en la infancia o adolescencia— es tratada principalmente con cirugía. Mientras que la hiperhidrosis secundaria, relacionada con factores hormonales o medicamentos, suele requerir un abordaje diferente. Para los casos de sudoración axilar, existen tratamientos complementarios como la terapia con microondas, que actúan sobre las glándulas sudoríparas.
“Casi todas las profesiones necesitan las manos. Personas que tocan instrumentos, sanitarios que no pueden ponerse guantes, militares, policías… Todos necesitan una solución si el sudor les condiciona”, explica Gallego, subrayando el componente social y emocional que arrastra esta enfermedad.

Hombre de negocios sudando excesivamente y oliendo mal en la oficina en el lugar de trabajo
Gracias al trabajo de profesionales como el doctor Javier Gallego, hoy miles de personas han recuperado la normalidad en sus vidas. “La decisión de operarse la toma el paciente, cuando realmente está harto de vivir condicionado”, concluye Gallego. Porque en ocasiones, basta un pequeño gesto médico para devolver la libertad perdida a causa del sudor.