Decide volver a su pueblo de Salamanca, se convierte en alcalde y cambia la vida de los vecinos con un gesto: "Con solo un bar"

Las Casas del Conde, un pequeño municipio salmantino que apenas supera los 60 habitantes, ha vivido un acontecimiento que ha devuelto la esperanza y la alegría a sus vecinos. Con tan solo 63 vecinos empadronados, este pueblo es uno de los más pequeños de España, y ahora, tras el nacimiento del primer bebé en más de cinco décadas, ya son 64.

Este hecho, tan sencillo como extraordinario, ha puesto en el foco la importancia de la repoblación rural y la vida en los pueblos pequeños, donde cada gesto cobra un significado especial. Juan José Acera y su pareja Patricia, que decidieron regresar a Las Casas del Conde hace unos años, son los protagonistas de esta historia. Juan José no solo ha vuelto a sus raíces, sino que desde 2023 es el alcalde de este pequeño pueblo y ha impulsado un cambio con una acción sencilla, pero simbólica: “Con solo un bar, la vida puede volver a florecer”.

El Gobierno confirma que este 9 junio habrá puente festivo: Dónde y de cuántos días

El regreso a las raíces y la apuesta por la vida rural

Juan José, técnico ambiental de profesión, dejó la ciudad para volver al pueblo de su madre con la ilusión de aportar a su comunidad y vivir una vida con más calidad. "Cuando vas a otra ciudad te das cuenta de que lo que echas de menos no es la ciudad, sino el pueblo, en este caso, Las Casas del Conde", relata. Con la posibilidad del teletrabajo y nuevas oportunidades laborales, ha demostrado que es posible vivir bien fuera de las grandes urbes.

La llegada de Miguel Ángel, nacido el 28 de abril, ha sido un milagro para este municipio. Es el primer niño que ve la luz en este pueblo desde 1973, un dato que pone de manifiesto la alarmante despoblación que afecta a muchas zonas rurales en España. La noticia llegó en un día especial, el lunes de aguas, una festividad tradicional en Salamanca, un momento de celebración para una comunidad que llevaba años sin escuchar el llanto de un bebé entre sus casas.

La Seguridad Social confirma la fecha en la que los pensionistas recibirán su paga extra de este verano 2025: llega con subida

Merche expresa la emoción que generó el embarazo en la comunidad: "Desde el instante de saber el embarazo fue una alegría, después de muchos años sin nacimientos y con una población envejecida, una pareja joven iba a tener un bebé". La llegada de Miguel Ángel no solo es un motivo de felicidad, sino también un símbolo de esperanza para el futuro.

Un pueblo pequeño, pero lleno de vida y comunidad

Lo que podría parecer un obstáculo —la pequeña población y la escasez de servicios— se convierte en una fortaleza para Las Casas del Conde. Juan José cuenta que, aunque es necesario desplazarse para muchas cosas, la calidad de vida que ofrece el pueblo es incomparable: "Tienes todo el tiempo libre del mundo. Es un tiempo de calidad, que no estás pendiente de cosas que en la gran ciudad sí lo estarías".

La gestación y nacimiento del bebé no estuvieron exentos de dificultades. El parto fue complicado, y el pequeño tuvo que quedarse en observación en el hospital de Salamanca. Además, el registro oficial se tuvo que hacer a mano debido a un apagón general en toda España, un curioso detalle que subraya la singularidad del momento.

Los vecinos han estado muy atentos durante todo el proceso. Juan José recuerda cómo el pequeño pueblo se volcó con la pareja: "Están encima, quieren ver al niño, y cada paseo se convierte en una visita de vecinos emocionados". Esa cercanía es una de las grandes ventajas de las comunidades pequeñas, donde cada nacimiento es una fiesta compartida y un símbolo de renovación.

El caso de Las Casas del Conde es un ejemplo real y alentador para el debate sobre la repoblación rural en España, un desafío nacional que requiere historias como esta para inspirar a otros a apostar por sus pueblos.

Las Casas del Conde nos recuerda que un pueblo pequeño con voluntad puede cambiar su destino. Y con solo un bar, una familia joven y un bebé, la vida rural puede renacer con fuerza y esperanza.