Año 1974. Ese año nos trajo la segunda parte de El Padrino…Y ahora te voy a contar la historia de un turista que ese año eligió Sevilla como destino. No fue un turista al uso. Porque se olvidó de devolver la llave al regresar a los EEUU, de donde venía. Algo que es muy común, por otra parte. Entonces ¿qué tiene de particular este americano?

El Hotel es el Alfonso XIII y Olivier Rust, uno de sus trabajadores, contaba la perplejidad de los que estaban en la recepción cuando abrieron el sobre que les había llegado. Venía desde Merrifield, una población de 15.000 habitantes en el estado de Virginia, Norteamérica. En el interior, había una llave, y una carta.

Una carta que decía así: “Cogí esta llave en 1974. La acabo de encontrar en el fondo de una caja. Os pido muchas disculpas. Esta situación para mí es embarazosa. Estoy muy avergonzado como para firmar con mi nombre». Atentamente: un corazoncito anónimo”. La reacción ante la sinceridad, y también, ¿por qué no? de ternura de este “corazoncito anónimo” ha hecho que la llave y la nota se vayan a exponer.

Carlo Suffredini, director general del Alfonso XIII, ha contado en Mediodía COPE: “Nos hemos puesto en contacto con el cliente para agradecerle el gesto y ofrecerle una estancia de cortesía en el hotel”.

El director ha contado que con las sucesivas remodelaciones del hotel, la habitación donde se alojó el cliente ya no existe. En su lugar hay otro más amplia. Y las llaves tampoco son las mismas. Ahora incluso se puede abrir la puerta con el móvil si lo desea el cliente.