Durante toda su vida Manolo ha estado dedicado a la que siempre ha sido su vocación, el periodismo. Más de 40 años en los que ha descubierto esta profesión desde diferentes lugares.

Desde 1982 estuvo a cargo de la Oficina de Comunicación del Santuario de Torreciudad, en los Pirineos Aragoneses. Un templo dedicado a la Virgen que fue construido junto a una antigua ermita por el fundador del Opus Dei, San José María Escrivá de Balaguer.

Manolo durante más de 20 años trabajó mucho por Torreciudad. Se preocupó de que existiesen buenas relaciones con todas las instituciones, con los responsables políticos y sobre todo siempre buscó que gente de todo el mundo conociese aquel lugar, su patrimonio y la riqueza espiritual que guarda.

En el año 2003 a Manolo Garrido le hicieron una propuesta hacerse cargo de la Oficina de Información del Opus Dei en España. Aceptó y se fue a Madrid a empezar esta nueva etapa. Durante todos estos años y hasta su reciente jubilación ha estado al servicio de la Iglesia y también al de todos los compañeros periodistas que han podido necesitar algo de él. Su teléfono siempre ha estado disponible y muchas veces ha mostrado su gran generosidad.

El pasado 29 de septiembre a Manolo Garrido le dieron una dura noticia, le detectaron ELA. Una enfermedad que como él mismo dice está siendo una gran lección de vida. Cada año la Conferencia Episcopal entrega los llamados Premios Bravo. Con ellos se reconoce la labor de profesionales de la comunicación que se han distinguido por el servicio a la dignidad del hombre, a los derechos humanos y a los valores del evangelio.

Manolo Garrido acaba de recibir el premio Bravo a la comunicación institucional, categoría que por primera vez aparece en estos galardones. Hoy nos atiende en Mediodía COPE.