A menudo pensamos en el futuro y hacemos nuestros planes. Marcamos nuestra vida con metas que alcanzar o con retos que superar. Almudena tenía muy claro su futuro, su proyecto de vida. Ella quería casarse y tener muchos hijos. Esta chica es de Madrid y cada fin de semana se hacía las mismas preguntas: ¿Qué me pongo hoy para salir con mis amigas? ¿A qué discoteca iremos esta noche? ¿Dónde habrá más ambiente?

Almudena estudió farmacia y cuando acabó la carrera se encontró con un imprevisto. Ya tenía su título pero sintió un gran vacío por dentro. Ella quería ayudar a los demás y pensó que tenía que dar un paso más. Se apuntó de nuevo a la Universidad, esta vez para estudiar enfermería. Quería seguir aprendiendo para entregarse más y más a la sociedad. También acabó la carrera pero seguía con la misma sensación. Le faltaba algo.

Su familia era una familia católica pero Almudena nunca había vivido la fe de cerca. Como ella misma dice cuando iba a la iglesia se ponía el traje de cristiana pero se lo quitaba al salir. En medio de todas las dudas que tenía sobre su futuro fue a un retiro espiritual que organizaban en su parroquia. Fue un fin de semana que Almudena nunca olvidará.

Allí escuchó un pasaje del evangelio que cambió todos sus planes. Jesús a su entrada en Jericó se encontró con un publicano, con Zaqueo que estaba subido a un árbol. Levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa”. Aquel fin de semana en Madrid, Almudena tenía claro que aquellas palabras se las decía directamente a ella.

Empezó a sentir miedo porque si algo tenía claro es que no quería ser monja. Pensaba que las monjas nacían ya con el hábito puesto y que a ella no le podía estar pasando algo así. Almudena desterró todos sus prejuicios cuando conoció a las hermanas de Iesu Communio. Una congregación en la que encontró chicas jóvenes y normales como ella. Almudena lleva ya 21 años en el convento y hoy nos atiende en Mediodía COPE. Las hermanas Iesu Communio son unas 200 por toda España distribuidas en dos conventos, uno en Valencia y otro en Burgos. Además la mayoría son hermanas muy muy jóvenes, su edad media es de unos treinta años.