El coronavirus ha paralizado casi en su totalidad al país, solo funcionan con cierta normalidad, los centros sanitarios, las tiendas de alimentación y los servicios de transporte, sobre todo, los que tienen relación con productos de primera necesidad. Pese a que estamos inmersos en el cuarto día de aislamiento en los hogares, muchos ciudadanos españoles tienen la obligación de transgredir el confinamiento por cumplir para con los deberes de su puesto.

Este es el caso del personal sanitario en hospitales, farmacias o centros médicos, también de los reponedores o personal de supermercado, además, claro, de quién hace posible que estos puedan trabajar con todos los productos necesarios para desarrollar su actividad, los transportistas, unos profesionales que siguen realizando sus diferentes rutas para surtir de productos al establecimiento o institución que lo requiera.

El problema es que cada vez tiene n más complicada su trabajo. En primer lugar, por el cierre de las áreas de descanso y restaurantes de carretera que antes les prestaban el servicio de alimentación, descanso y aseo. Asimismo, el Gobierno, para paliar la expansión de contagios de COVID-19, ha decretado el cierre de fronteras terrestres en España, una medida que, por ahora, no afecta a los transportistas, pero que inunda de incertidumbre viabilidad en los próximos días.

Uno de estos transportistas es Paco, un camionero con años de experiencia en rutas internacionales que ahora mismo se encuentra en Francia de camino a España. Según nos ha contado el propio Paco, por ahora, al estar en Francia, solo percibe que “hay menos tráfico”, pero como allí está empezando la crisis sanitaria tampoco se nota tanto. Además, ha admitido que no le preocupa el cierre de fronteras terrestres en España porque los transportistas están exentos de esta medida. Mucho más si transportas productos de primera necesidad como realiza Paco todas las semanas.