"¿Podemos dar el chimpún a la legislatura? ¿Da Junts el golpe definitivo? Pues no"

Dime una cosa. Si fueras por una calle turística y te encontrases a Pedro Sánchez a un lado y a Puigdemont al otro, haciendo el típico juego de adivinar “dónde está la bolita”..., ¿en quién de los dos confiarías más? ¿A cuál de los dos trileros le darías el dinero? Pues me arriesgo a adivinar lo que estás pensando: ni al uno ni al otro.

Y por eso lo de hoy de Puigdemont (el mensaje que nos está haciendo llegar el prófugo a través de su gente en el Congreso), pues es más de lo mismo. Otro “trampantojo más”, que en realidad, cambia muy poco la situación de esta legislatura agónica.

Lo que ha anunciado hoy la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, (junto a los otros 6 diputados del partido de Puigdemont en el Congreso), es que Junts va a rechazar todas las leyes que presente el Ejecutivo a partir de ahora.

Dicen que van a presentar hasta 25 enmiendas a la totalidad. De manera que leyes como la de ordenación de los medios de comunicación, la ley Bolaños para darle a los fiscales el poder de investigar o la reforma del sistema universitario, entre otras, se van a quedar en nada. No saldrán adelante. Y a eso añaden un no a todos los proyectos que pueda presentar el Gobierno de ahora en adelante.

¿Y entonces, podemos dar el chimpún a la legislatura? ¿Es el golpe definitivo? Pues no. De momento no.

Y es un no, porque en realidad cuando rascas un poco en el anuncio de los independentistas, estamos en el mismo sitio que hace unos días.

En presionar a Sánchez todo lo posible. Porque si Moncloa aprueba lo que el fugado diga desde Waterloo, pues asunto resuelto.

Vamos, que por mucho empaque que le den en Junts al anuncio (sacando a todos sus diputados a la vez ante los medios) lo único que quieren es notoriedad. Capacidad de presión.

Se trata de hacer ver que ellos no son como Esquerra, como Junqueras y Rufián, que siguen siendo la muleta del Gobierno de Sánchez en el Congreso.

Y se trata, también, de vender que ellos sí plantan cara al Gobierno de España. No como Alianza Catalana, que no quiere dar la batalla en el Congreso español porque son más independentistas que nadie.

Así que “la bolita” con la que hoy nos marean los trileros, no es más que el intento desesperado de Puigdemont para que se hable de él, y para dejar de perder votos a montones, como le está pasando con el ascenso de Alianza catalana.

Pero lo cierto es que el prófugo necesita de Sánchez más que nadie. Y necesita sobre todo que el Tribunal Constitucional le regale la amnistía. Cosa que por cierto, no se espera para antes de la próxima primavera.

Esa es la verdadera “bolita escondida”. Ese es el fondo de la cuestión en este juego. Y mientras el Tribunal Constitucional de Cándido Conde Pumpido tenga cogido a Puigdemont por los recursos..., no habrá una ruptura real, por mucho que nos mareen".