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Me ha llamado la atención este dato tremendo. Se calcula que la energía desprendida por los 2 terremotos de Turquía y de Siria equivale a la que pueden generar 130 bombas atómicas de golpe.

De aquí que el número de víctimas ahora mismo supera ya las 5000, que siendo una cifra espantosa, puede acabar siendo muy superior con el paso de las horas ya que hay miles de desaparecidos y al menos 19 mil heridos.

Los 3 minutos de radio que yo puedo tardar en contarte todo esto, en Siria y en Turquía, pueden ser vitales. Cada segundo que se invierte en la búsqueda vale su peso en vida.

Miles de voluntarios internacionales, entre ellos muchos españoles, están llegando a las zonas afectadas. Hay bomberos de todos los puntos de nuestro país, también guias caninos con perros especializados en búsqueda de personas atrapadas, miembros de la Unidad Militar de Emergencias (la UME) o sanitarios de diferentes especialidades.

Van llegando, como pueden, a las zonas afectadas donde la tierra sigue temblando constantemente en forma de réplica... lo cual complica todavía más cualquier rescate. Imagina lo que es localizar a una persona bajo toneladas de escombros, abrir una ruta para liberarla, apartar minuciosamente cualquier elemento dañino para intentar sacar a esa persona. Y todo esto sin tiempo y todo esto sin pausa. Y medio de este trabajo, llega una réplica, la tierra tiembla otra vez y todo se desbarata con el riesgo para la persona que hay que rescatar y para el rescatador.

Por eso es tan importante cada minuto. Por eso, cada rescate es casi un milagro y en algunos momentos, sin el casi. Incluso se le puede poner nombre.

Nur, con apenas 3 añitos, se ha convertido en la cara de la esperaza en Turquía.

Es una cara que descubrimos poco a poco, cuando su padre va retirando con cuidado hierros y piedras de una montaña de escombros de cemento y hormigón.

Cuando aparece una pequeña mata de pelo negro, una frase rompe el silencio tenso: “No tengas miedo Nur. Papa está aquí”

Y es entonces cuando aparecen los dos ojos negros que estaban camuflados entre el polvo blanco que le cubre toda la cara. La mirada de esta niña se mueve entre el miedo y la inocencia, pero es una mirada de intensa vida. Y es increible ver dónde ha sobrevivido y dónde ha quedado encajado su cuerpo cubierto por escombros. No lo sabe, pero Nures esperanza.

Esta niña es una de las 8000 personas que han sido rescatadas en las últimas horas y a esta hora, mientras voy consumiendo estos minutos de radio, pueden ser muchas más. Ojalá sea así.