La Organización para la Cooperación y el Desarrollo, esa que nos saca siempre los colores con los informes PISA de educación, alaba en esta ocasión nuestra gestión durante la pandemia.

Tras analizar la situación de colegios, institutos y universidades asegura que fuimos el sexto país del planeta que menos clases suspendió durante todo lo que ha durado la crisis del Covid. Algo que es mérito del sistema, pero sobre todo del esfuerzo de docentes y padres.

Más allá de este contexto la OCDE elogia de España el importante número de niños que tenemos escolarizados por ejemplo de 0 a 3 años. Tenemos un tasa superior al 41% frente al 27% de media.

Escolarizamos antes sí, pero seguimos muy por encima del resto de países cuando hablamos de abandonar el sistema educativo. Y eso es un problema cuando el fin es el de conseguir un empleo.

España es el país de toda la Unión Europea con el porcentaje más alto de alumnos sin terminar el Bachillerato o su equivalente en Formación profesional. El 28% de los españoles de 25 a 34 años abandona las aulas tras la educación secundaria obligatoria, en torno a los 16.

Para que te hagas una idea, la media de la UE es del 12% asi que el abandono escolar en España es más del doble. Y eso que hemos mejorado mucho en los últimos 10 años.

Lo que tiene que preocuparnos es la diferencia entre comunidades autónomas. Hay que preguntarse por qué en regiones como País Vasco o Navarra la tasa de abandono ronda el 14%, en la media de los países de la OCDE, mientras que en Extremadura, Murcia, Castilla la Mancha o Andalucía superan el 34%.

Esto es para reflexionar porque si no conseguimos reducir esta brecha incrementaremos las diferencias socio-económicas entre nuestras regiones del norte y las del sur.

Datos que curiosamente cambian cuando hablamos de enseñanza universitaria. Aquí sí que estamos mejor que la media de los países de la OCDE.

Casi la mitad de nuestros jóvenes tiene una titulación en educación superior. Hablamos de prácticamente un 49%, cuando la media de la UE no alcanza el 46%. Y la mayoría, por cierto, son mujeres. Hasta 11 puntos más.

Muchos universitarios que sin embargo no se traduce en que haya más oportunidades de empleo. ¿Y por qué? Uno de los factores es que la Formación Profesional superior, la que más salida tiene, todavía no ha alcanzado los niveles de nuestros países vecinos, donde la inserción laboral de jovenes es más alta.

El segundo factor es que aunque nos decantamos por la Universidad se eligen carreras con poca salida. Por ejemplo, en España los alumnos que se inclinaron por enseñanzas de TIC, de tecnologías de la Información y Comunicación solo representan el 6% de los nuevos matriculados. La tasa de empleo de esta rama supera el 88%. En cambio apostamos más por Arte, Humanidades o Ciencias Sociales cuya empleabilidad baja al 75%.

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Y otro factor. El salario. Realmente el premio por estudiar más no es tan grande como en otros países de nuestro entorno. En España recibimos un 30% más de media de salario por tener una carrera que un titulado de Bachillerato o Grado Medio. Pero es que la media de la OCDE es el del 44%. En otras palabras, que a una mayoría de universitarios no les sale tan rentable estar muy cualificados.