"La gente está harta de que le metan la cuchara gubernamental con su potito ideológico hasta la garganta"

Qué te parece si dejamos de politizarlo absolutamente todo en este país llamado España. Así, como idea general. Programa electoral para 2027, punto número uno del programa de todos los partidos: menos política y más normalidad. Qué te parece si volvemos a recuperar la neutralidad de los espacios públicos y el respeto a los espacios privados. Ya está bien de meternos la guerrita cultural hasta en la sopa. Ya está bien de hacer ingeniería social hasta en las sobremesas de la tele. Y ya está bien de usar Radiotelevisión española para politizarle al españolito el desayuno, la comida, la merienda y la cena.

Efectivamente, estoy hablando de Eurovisión. Te confieso que no vi la gala entera porque me quedé dormido: es culpa de Herrera, que ahora me hace madrugar muchísimo entre semana. Pero hay consenso general en que Melody fue víctima colateral de la turra propalestina asumida como un deber proselitista por la tele pública. O sea, por Telepedro, el nuevo Lawrence de Arabia comprado en los chinos. Por cierto, no solo pelea contra Netanyahu sino también contra la gramática, porque su televisión proyectó un rótulo que decía, literalmente: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción”. ¿Cómo que “frente” a los derechos humanos? Ahí falta un sustantivo. Será frente al “retroceso” de los derechos humanos, en todo caso; porque leído tal como se proyectó, parece que nos están pidiendo que protestemos frente al “avance” de los derechos humanos. Claro que si Belén Esteban (con todo el cariño) es ahora el modelo gramatical de Televisión española, pues normal que rotulen como rotulan.

Si se trata de cantar, el mejor para eso es Ábalos, que tiene voz de barítono, y le sobran sobrinas para hacer los coros"

Pero es que sobraba el rótulo y sobraba la campañita y sobraba la propaganda estomagante, que contamina toda la programación de la tele que pagamos todos. Estamos hablando de un concurso de canciones, no de una cumbre geopolítica. Y la gente está harta de que le metan la cuchara gubernamental con su potito ideológico hasta la garganta. Claro, lo acaba escupiendo. Así salió como salió el televoto que ahora quieren auditar. El apagón no, pero el televoto de Eurovisión sí. España, antepenúltima (hasta Portugal nos castigó por el apagón) y la israelí, segunda. Todo al revés de lo que deseaba Moncloa.

Vamos a recordar que se puede y se debe criticar a Netanyahu sin culpar de sus desmanes en Gaza a todos los israelíes del mundo. Incluida una joven que sobrevivió a la masacre de Hamas del 7 de octubre tapándose bajo los cuerpos tiroteados de sus amigos. ¿Qué justicia hay en criminalizar a esa mujer? ¿No está tan comprometida con el feminismo televisión española? ¿O es que el feminismo deja de importar cuando quien lo reivindica frente a la barbarie islamista es una judía?

Mira, tenemos una tele pública que no nos la merecemos. Pero no nos la merecemos de la vergüenza que da y por el negocio que unos amigos de Moncloa se están repartiendo. Han politizado a Broncano, han politizado la tarde con la telebasura militante y han politizado Eurovisión. No les basta con el sesgo escandalosamente gubernamental de los espacios informativos: tienen que intoxicar también la franja de entretenimiento, a ver si rapiñan algún voto entre la gente que pasa de la actualidad.

Si de lo que se trata es de seguir identificando televisión y socialismo, el año que viene podríamos mandar a Eurovisión directamente a Pilar Alegría. Aunque si se trata de cantar, el mejor para eso es Ábalos, que tiene voz de barítono y letras con mucho mensaje. Como Ábalos se ponga, canta hasta la Traviata. Y le sobran sobrinas para hacer los coros".