Misteriosos caminos

La galería de los nuevos cardenales anunciados por Francisco ofrece historias que merecen ser conocidas.

Por ejemplo, la de Sebastian Francis, que creció en Malasia en una familia de emigrantes indios. Para quienes hemos nacido en un país secularmente vinculado a la tradición católica, es una historia que llena de asombro y gratitud.

El arzobispo de Penang, tiene cinco hermanos y cuatro hermanas, todos ellos son ciudadanos malayos, pero parte de su familia permanece en Chennai, la capital del estado indio de Tamil Nadu.

Desde enero de 2017 monseñor Francis es presidente de la Conferencia Episcopal que reúne a los obispos de Malasia, Singapur y Brunei, y es una figura muy estimada en la sociedad civil de su país: fue vicepresidente del consejo interreligioso local y en 2016 recibió de manos del gobernador de Penang el título de Datuk, apelativo con el que los malasios se dirigen a una personalidad importante.

Eso no significa que la vida de los cristianos haya sido siempre fácil en aquellas latitudes.

Al conocer que el Papa le llama a formar parte del colegio de los cardenales, ha dicho que espera dar un testimonio de la universalidad de la Iglesia y de la continuidad de la misión que Cristo resucitado le confió a san Pedro, a los Apóstoles y a sus sucesores.

Y observa que esta misión, la lleva a cabo sobre todo el Espíritu Santo, en Malasia, en todo el continente asiático y más allá. El nombramiento cardenalicio de Sebastian Francis también ha sido recibido con alegría en la India, la tierra desde donde emigraron a Malasia los abuelos del nuevo cardenal en 1890.

El nuevo cardenal siempre ha mantenido interés por sus raíces indias, y tiene muy presente las peripecias de tantas familias migrantes que, en todas partes, asumen los trabajos más pesados que los nativos del país tienden a evitar, y así ayudan a la economía de los países desarrollados y en vías de desarrollo.

También traen consigo tesoros culturales y espirituales que dan nuevo dinamismo a la fe en muchos países. Su propia vida es una buena ilustración.