León XIV invoca “la ley natural” ante los políticos

León XIV invoca “la ley natural” ante los políticos
Publicado el
2 min lectura
En su discurso a los parlamentarios presentes en Roma para celebrar su Jubileo, el Papa ha realizado una propuesta que a muchos les habrá resultado más que audaz: en lugar de excluir la consideración de lo trascendente, a priori, en la acción política, sería útil acudir a la referencia de la ley natural, no escrita por manos humanas, sino reconocida como universalmente válida, a la que se refirió sagazmente Cicerón diciendo que “es la razón recta, conforme a la naturaleza, universal, constante y eterna, que con sus órdenes invita al deber, con sus prohibiciones disuade del mal…”. León XIV ha dicho a los parlamentarios que “la ley natural constituye la brújula con la que orientarse a la hora de legislar y actuar, especialmente sobre delicadas cuestiones éticas que hoy se plantean de modo mucho más imperioso que en el pasado, tocando la esfera de la intimidad personal”.
Y se ha referido a La Declaración Universal de Derechos Humanos, reconocida por todos los países, como una expresión concreta de la Ley Natural, tan discutida hoy por muchas corrientes filosóficas, pero a la que de una u otra forma siempre hay que volver. Al despedirse de estos parlamentarios, el Papa quiso recordar a Santo Tomás Moro, a quien Juan Pablo II proclamó patrono de quienes se dedican a la noble tarea de la política. Fue “un hombre fiel a sus responsabilidades civiles y un perfecto servidor del Estado precisamente por su fe, que lo llevó a interpretar la política no como una profesión, sino como una misión para el crecimiento de la verdad y la bondad”, ha dicho el Papa León. Llegado el momento, Tomás Moro estuvo dispuesto a sacrificar su propia vida antes que traicionar la verdad. Con acierto se tituló una película dedicada a su vida “Un hombre para la eternidad”. Y cuánto lo necesitamos ahora…