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Moisés, el dueño del último restaurante estafado en Alicante por el "gastrojeta"
Tiempo de lectura:2Actualizado13:54
Le llaman el "gastrojeta" y enseguida van a comprender por qué. Es un hombre lituano de 50 años, pero se hace pasar por un turista ruso adinerado. No habla bien español, aunque sí parece que lo entiende, sobre todo, las cartas de los restaurantes de Alicante en los que es especialista en hacer “sin'pas”
La verdad es que tiene un paladar muy fino porque elige buenos sitios. Su modus operandi siempre es el mismo: se sienta a la mesa para disfrutar de suculentos platos y luego se va sin pagar. Arroz con bogavante, entrecot, marisco, paellas..., el gastrojeta no se priva de nada y acompaña todos sus homenajes con whisky.
Lo que no se le puede reprochar es que es bastante creativo en el arte de escaquearse de pagar la cuenta. Finge desmayos y hasta infartos con tal de no abonar las comilonas. Acumula ya 20 detenciones por estafa desde noviembre del año pasado, pero como la factura casi nunca supera los 400 euros pues todo queda en una falta y, tras un par de días en el calabozo y un juicio rápido vuelve a las andadas.
Moisés el último estafado
Su última comida por la jeta fue hace un par de días en el restaurante de Moisés Domenech en Alicante.
En este caso no dejó una gran factura -34 euros-, pero siguió su estrategia de siempre: "primero pidió un wisky, se lo bebió de un trago y pidió otro que ya se tomó con el arroz,y cuando terminó se levantó y se iba a ir y cuando estaba en la puerta, mi socio y compañero le echó el alto, dijo que no entendía español que iba al hotel a por el dinero, le dijimos que no podía irse y cuando ya hablamos de llamar a la Policía hizo como que se caía, pero muy suavemente", relata lo que ocurrió Moises en Mediodía COPE.
Ahí no queda todo, "le dejamos en el suelo hasta que vino la Policía que hizo como le reanimaban, llamaron a la ambulancia, pero también a la Central y al dar la descripción les dijeron que era reincidente. Fue un momento de mucha tensión, los clientes no sabían qué estaba pasando, ellos solo ven a la Policía que le identifican como el gastrojeta y ya anulan la ambulancia y le detienen, se levanta como si no pasara nada y se va con la Policía", explica.
En el restaurante de Moises "no sabíamos que existía, pero luego a través del grupo de hostelería les informamos".
La cuenta no la pagó y el juicio se está celebrando hoy mismo" pero no creemos que vayamos a cobrar la cuenta. Ya no es tanto el dinero sino el perjuicio para el negocio el tener a una persona tirada en el suelo durante una hora con la Policía en la puerta", se lamenta Moises.
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