Carlos Mateos, joven español que vive en Rusia, ha contado en Mediodía COPE cómo han vivido el fin de semana

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La situación en Moscú parece que está ya normalizada después de un fin de semana de infarto para la Federación Rusa. El Grupo Wagner, un ejército paramilitar que ha jugado un importantísimo papel en la invasión rusa en Ucrania, dio la vuelta a sus tropas en la madrugada del sábado y puso rumbo a Moscú. Parecía una rebelión en toda regla y la mecha de la Guerra Civil ha estado a punto de encenderse.
El líder de este ejército para militar, es Yevgueni Prigozhin conocido como “el cocinero de Putin”, un oligarca ruso que aseguró el sábado que su intención era la de liberar a Rusia de la corrupción, especialmente, de la del ministro de Defensa, a quien acusa de bombardear a sus propias tropas y de esconder cadáveres rusos en fosas comunes.
Las tropas del Grupo Wagner tomaron Rostov, una ciudad fronteriza con Ucrania y pusieron marcha hacia Moscú, incluso se produjeron enfrentamientos con el ejército Ruso, un helicóptero fue derribado por los paramilitares. Murieron 8 soldados. Durante unas horas, parecía que el conflicto iba a ser inminente, sin embargo, Prigozhin daba marcha atrás.
La mediación del presidente de Bielorrusia puso fin al conflicto, las negociaciones entre Putin y Prigozhin han terminado con el regreso de todas las tropas a sus posiciones en el frente, en Ucrania. Prigozhin se encuentra en paradero desconodido aunque parte de la negociación era que podría refugiarse en Bielorrusia.
Las imágenes de este fin de semana de tensión dejan varios momentos. Decenas de personas en Rostov intentaron salir de la ciudad tras la llegada del Grupo Wagner. Otra tantas, les despidieron entre aplausos y vítores.
Durante la rebelión, Ucrania ha intentado aprovechar el momento para ganar terreno en su contraofensiva. Y, según EE.UU. y la Unión Europea, la crisis ha demostrado la fragilidad del liderazgo de Putin y ha minado la confianza de los ciudadanos rusos.
"La gente está cansada de escuchar las mismas noticias de siempre"
En Occidente vivíamos los acontecimientos del sábado con asombro y expectación. Las autoridades tanto de la Unión Europea como de la OTAN seguían el minuto a minuto.
Pero ¿cómo vivían los ciudadanos rusos lo que estaba pasando? ¿Tenían miedo a una posible guerra civil? ¿Después de Putin, qué? En Mediodía COPE hemos contado con un analista de excepción, Carlos Mateos, un joven español que vive en San Petersburgo, al norte de Rusia. Allí la guerra, quizá, se siente más lejana y las acciones del Grupo Wagner quedan a cientos de kilómetros, pero siguieron muy de cerca lo que ocurría.
"Estamos alucinando un poco con todo lo que se ha producido ayer y un poco de surrealismo con todo esto. Aquí las noticias llegan con cuentagotas. Nos enteramos por las noticias europeas, nadie ha dicho qué motivos y qué quería Prigozhin al llegar a Moscú, ¿esperas que Putin ter reciba, te lías a cañonazos?", se pregunta, Carlos " y de repente se da la vuelta. La gente está alucinando de que se produzcan este tipo de movimientos y así estamos a verlas venir".
Sobre las noticias que difunden los medios rusos "se dice lo que decís la prensa de Occidente, que este hombre se detuvo para evitar un derramamiento de sangre".
¿Esto le puede debilitar a Putin?" Se publican muchos artículos en los medios occidentales, puede ser, pero aquí no se respira eso, nadie dice qué débil es Putin que no puede controlar a sus soldados. No sé cómo puede afectar a Putin, pero no creo que Putin esté más débil", afirma.
Lo que sí tiene claro este joven español es que los rusos "están un poco cansados, en la gente normal, en la de a pie, el cansancio se nota porque la gente está cansada de escuchar las mismas noticias, de que las cosas no avanzan, ya es cuestión de cada uno la opinión que tiene, pero el cansancio general se nota"
¿Y las sanciones económicas? "No", dice rotundo Carlos "desde el 2014 que surgieron las primeras sanciones con Crimea, Rusia ha sabido encontrar las salidas y saca productos derivados, salvo el primer paquete con las visas, la gente no lo nota salvo en los precios, y que hay productos que ya no hay, pero han salido derivados".
Vamos, que la vida en Rusia, entre la gente sigue igual y si las circunstancias no se complican mucho, Carlos no piensa volver a España "de momento no me muevo, no me voy a ningún lado, aquí seguimos".