José Manuel Villar, sobre los pobres: "Son nuestros amos y señores y les vamos a servir junto al Papa Francisco"

El pontífice almuerza con 1.300 personas necesitadas en el Vaticano en la novena Jornada Mundial de los Pobres, una iniciativa que se extiende por todo el mundo

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Redacción Religión

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La Iglesia Católica celebra este domingo la novena Jornada Mundial de los Pobres bajo el lema ‘Tú, Señor, eres mi esperanza’. El acto central tiene lugar en el Vaticano, donde el Papa Francisco almuerza con 1.300 personas en situación de vulnerabilidad en el Aula Pablo VI. Esta jornada pone el foco en una realidad acuciante, especialmente en países como España, donde, según el último informe FOESA de Cáritas, hay 4,3 millones de personas en exclusión severa, un 52% más que en 2007, manteniendo una de las tasas de desigualdad más altas de Europa.

Un gesto de cercanía y caridad

José Manuel Villar, miembro de la Congregación de la Misión, organizadores de la comida, explica que el perfil de los asistentes es de “verdaderamente necesidad, en todos los sentidos, espiritualmente hablando, materialmente hablando”. Lejos de una figura prefijada, la pobreza actual abarca carencias que van más allá de lo económico, incluyendo la falta de un gesto, de una mirada o de un acompañamiento. Para Villar, la iniciativa es “una acción de cercanía, es una acción de sentirnos verdaderamente hermanos, es una acción de sentirnos miembros de la misma familia que caminamos unidos”.

Los pobres son nuestros amos y señores

José Manuel Villar

Miembro de la Congregación de la Misión

La congregación, también conocida como los misioneros paúles, celebra este año su 400 aniversario y ha asumido la organización de esta jornada a nivel mundial. Su labor se inspira en las palabras de su fundador, San Vicente de Paúl, quien afirmaba que “los pobres son nuestros amos y señores”. Es con esa filosofía con la que se disponen a servir a los comensales junto al Papa. “Desde ahí nosotros, pues, les vamos a servir junto al Papa Francisco”, subraya Villar. El objetivo, añade, es llevar un mensaje de “buena noticia y caridad”.

Una iniciativa global

El almuerzo en el Vaticano es el gesto más visible, pero no el único. La Congregación de la Misión ha replicado la iniciativa en todos los lugares del mundo donde tienen presencia. “El mismo día en otros lugares del mundo vamos a hacer exactamente lo mismo”, confirma José Manuel Villar. Como ejemplo, menciona el almuerzo que se celebrará en San Pedro Sula (Honduras), donde se dará de comer a unos 1.500 pobres. Se trata, en sus palabras, de “un gesto significativo y quizá profético también” para llevar esperanza a través de la caridad a quienes más lo necesitan.

13 llaves para 13 casas

Además del almuerzo, la jornada incluye otro acto de profundo simbolismo: el Papa Francisco entregará a la congregación 13 llaves de bronce. Estas llaves representan la culminación de un proyecto mucho más ambicioso: la construcción de 13 casas para familias necesitadas en 13 países distintos donde la urgencia social es máxima. “No nos conformamos solamente con estar presentes en un momento dado”, explica Villar, destacando la voluntad de la organización por ofrecer soluciones duraderas y crear hogares donde las personas “puedan sentirse en casa”.

Ayudarles a que ellos mismos sean artífices de su propia historia

José Manuel Villar

Miembro de la Congregación de la Misión

Este proyecto de construcción es una colaboración de toda la Familia Vicenciana, que incluye a las Hijas de la Caridad y diversas asociaciones laicales. El enfoque de la congregación no es meramente asistencial, sino que busca un cambio profundo y sostenible. “Queremos que sea significativo, buscando estar, no solo hablar de los pobres, sino estar con los pobres, vivir con los pobres y ayudarles a que ellos mismos sean artífices de su propia historia”, detalla Villar. La estrategia consiste en atajar los problemas “desde las bases, desde la raíz” para lograr un impacto real y duradero.

Al celebrar sus 400 años de historia, la Congregación de la Misión reafirma su “compromiso evangelizador y de servicio a los pobres”. José Manuel Villar concluye que esta celebración sirve no solo para honrar el pasado, sino también para “abrir la perspectiva de los próximos años con otras generaciones que vendrán detrás de nosotros”. Un legado de caridad activa y efectiva que, cuatro siglos después, sigue más vigente que nunca, demostrando con hechos que la mejor evangelización es la que se vive al lado de los más vulnerables.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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