El vuelo del Santo Padre aterrizaba en Bagdad a las 12 de la mañana y empezaba así su viaje apostólico por las tierras iraquíes. El Primer Ministro del país, Mustafa Abdellatif Mshatat, le esperaba a los pies de la escalera anterior del aeroplano.

El Papa señaló, ante los 75 periodistas que lo acompañan en su viaje a Irak, dijo que sentía "la obligación" de visitar la "tierra martirizada" por las guerras y el terrorismo.

Por los micrófonos de 'La Tarde' de COPE ha pasado el Padre Georges Jahola de Qaraqosh (Irak) para hablar sobre esta visita histórica y la situación actual que atraviesa el país. "Es un viaje que nunca antes se había hecho. Era un deseo de todos los Papas, desde Juan Pablo II. Es un acontecimiento muy importante porque no es solo ver al Papa cara a cara, nos da una fuerza después de tantos años de sufrimiento", ha asegurado.

En septiembre de 2017, la ciudad volvió a estar habitada gracias a esos proyectos de la reconstrucción de las casas. "A día de hoy, casi la mitad de la población que había antes del ISIS hoy ya están aquí .Los demás están esparcidos por el mundo y esperemos que el futuro del cristianismo se quede en esta ciudad", ha contado en los micrófonos de COPE.

Sin embargo, el Padre Georges espera que este viaje "de coraje a la gente que quiere volver para que vean que aquí se puede vivir y dar testimonio en esta tierra". De hecho, no todos han vuelto. Irak es un país débil en todos los sentidos que vive actualmente una tranquilidad relativa "porque hay inestabilidad y la emigración de los cristianos es un signo de fragilidad".

El principal motivo de esa vuelta de los cristianos a sus raíces es que tienen el deber de testimoniar esa tierra. Un país que poco a poco trata de recuperar la normalidad.