Quienes trabajaron con Lorena Enebral Pérez, la fisioterapeuta española de 38 años asesinada en Afganistán, aseguran que tenía un don para tratar a los niños discapacitados. El ataque se produjo en un centro de rehabilitación al norte del país. Dos personas irrumpieron en el centro y uno de ellos disparó a Lorena y acabó con su vida.

Lorena trabajó también en el Centro de Rehabilitación Infantil Conmigo, en Aravaca (Madrid). Allí trabajó junto a su amiga María Palacios, que es la directora del centro. María ha reconocido que “Lorena era un espíritu libre, no tenía ningún prejuicio hacia ningún tipo de raza, sexo, color o ideología política. Es la persona más libre que he conocido en toda mi vida”.

"Es la persona más libre que he conocido en toda mi vida”

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“Trabajó conmigo y era una persona genial. Ha dejado un vacío que no vamos a poder llenar jamás” ha lamentado la directora del centro de Aravaca.

"Ha dejado un vacío que no vamos a poder llenar jamás"

María Palacios ha añadido que Lorena “no era consciente del riesgo que tenía trabajar allí. Ella no podría pensar nunca que un paciente pudiera matarla”.