La foto de Fernando de Haro: "Las palabras son las mismas pero algunas están llenas de admiración"

La foto de hoy está tomada en una de las avenidas más ilustres de Europa. Una avenida con dos kilómetros de largo de la que han retirado el tráfico de coches, motos y bicicletas. En la calzada de pequeños adoquines negros han instalado un ejército de pupitres muy bien formado. Sentados delante de cada mesa hay franceses de todas las edades. Escriben en papeles blancos, sujetando con una mano las hojas. El día está despejado, el cielo azul, hace calor. Muchos de los escribientes gastan camisetas de manga corta. Y se concentran y no quieren cometer ningún error. Una voz ronca y de tono bajo lee cuentos que fueron escritos para ser dichos. Los escribientes escriben al dictado, no pueden inventar nada. Tienen que poner bien las haches, las bes, las uves, señalar claramente las tildes, colocar los puntos seguidos y los puntos suspensivos en su sitio. Los escribientes escriben al dictado. Las palabras y las frases son las mismas para todos. Pero lo que queda en el papel es diferente. Las mismas palabras trazadas con tinta negra, tinta rosa, tinta azul. Las mismas palabras con caligrafía itálica, con las letras muy enlazadas y un poco descuidadas, con caligrafía inglesa con rabos muy largos y mucha prosopopeya. Las palabras son las mismas pero algunas están llenas de admiración, otras de suspiros y despechos. Tantas historias como escribientes.