No todas las cofradías de España cuentan con la suerte de tener a un diseñador de moda en sus filas. Y es que, si ese fuese el caso, quizás podría haberle ocurrido como al protagonista de la historia que contaba este Jueves Santo en La Tarde Pilar Cisneros. Jorge Vázquez es diseñador y realizó un descubrimiento en una iglesia del pueblo de Betanzos, de donde es presidente de la cofradía desde hace 2 años. Un hallazgo de un tesoro perdido dentro de una iglesia que data de los siglos XVII y XVIII y que ha revolucionado la Semana Santa en todo el municipio.

Jorge, nacido en este pueblo coruñés, es modista profesional desde hace más de 20 años y se hizo cargo de la presidencia de la Cofradía en 2022 con un único objetivo: el de revitalizar la Semana Santa de la localidad hasta convertirla en un referente en todo el noroeste.

El descubrimiento de un diseñador en una iglesia

Uno de sus empeños ha sido rescatar los trajes que llevaban los cofrades en los siglos XVII y XVIII para restaurarlos y que salgan en procesión. Son auténticas joyas de indumentaria litúrgica que los asistentes a las procesiones de Betanzos ya han podido disfrutar en todo su esplendor, como narraba la copresentadora del programa de COPE, Pilar Cisneros.

“Estaban en lo que yo llamo las bodegas de las iglesias, Betanzos tiene el románico más importante de toda Galicia y, en esas bodegas, estaban almacenadas todas esas prendas (dalmáticas, capas pluviales, roquetes, albas...) que llevaban años y años sin usarse hasta que yo decidí que eso había que sacarlo a la calle, almidonarlo, restaurarlo y eliminar manchas de óxido para que la gente pueda valorarlos, porque son trabajos de pura artesanía que hoy por hoy no se realizan”, explicaba Vázquez en COPE.

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Un proceso muy complicado

Reconoce el diseñador que siempre ha estado vinculado a la Semana Santa, aunque lleva 26 años viviendo en Madrid. No obstante, reconoce que todo empezó hace unos años cuando donó unos mantos “a dos de las vírgenes y otros al Ecce Homo, y volví a involucrarme en la Semana Santa”, relata en La Tarde.

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Eso sí, explica que el proceso de restauración está siendo “muy complicado”, porque la seda en muchas ocasiones ya está rota, porque están doblados y porque en Galicia “la humedad es muy mala para todos estos materiales de fibras naturales”.

“Había hilos de oro y de plata rotos, y hemos ido restaurando gracias a un equipo de profesionales en Madrid y otro en Galicia. Esto va a llevar años hasta que estén en un estado increíble y vuelva a recuperar su esplendor”, concluye.