El clima de Europa, totalmente al revés: la sequía en el norte y las lluvias en el sur alarman a las autoridades
El fenómeno meteorológico que ha invertido el mapa climático europeo desconcierta a científicos y expertos

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Decir el tiempo está al revés es la única forma para describir el insólito panorama climático de esta primavera. Mientras España y el sur de Europa lidiaban con lluvias persistentes y temperaturas bajas, países como Alemania, Reino Unido o el sur de Escandinavia sufrían sequías históricas. En el norte de Europa han tenido solamente tres días de lluvia en dos meses, en esos mismos dos meses en España hemos tenido 50.
Esta anomalía no ha pasado desapercibida para los meteorólogos. Entre el 1 de febrero y el 13 de abril, en Alemania solo cayeron 40 litros de lluvia por metro cuadrado, “el nivel más bajo registrado desde 1931”, según datos del Servicio Meteorológico Alemán.
Barcos a medio cargar y suelos secos
Rosalía Sánchez, corresponsal de COPE en Berlín, relató en directo las consecuencias palpables de esta sequía. “Las primeras consecuencias las estamos viendo ya en la navegabilidad de los ríos”, explicó. En el Rin, a la altura de Colonia, “los barcos grandes sólo pueden navegar con la mitad de la carga”, y en Winden el nivel del agua ha descendido a 1,90 metros. “Esto nunca se había visto”.
Más allá de la logística fluvial, los ecosistemas también empiezan a resentirse. El Centro Helmholtz de Investigación Ambiental advierte que la humedad del suelo ha bajado tanto que amenaza a los insectos que viven en las capas superiores, fundamentales para los cultivos. “Especialmente los de raíces poco profundas”, apuntó Sánchez. “Nos alegramos de que no llueva tanto en el día a día, pero está visto que para los ecosistemas y las cosechas va a tener consecuencias graves”.

Sequía
Reino Unido: manga corta en marzo, preocupación en junio
En Londres, el panorama no es menos preocupante. “Estamos ante la primavera más caliente en Reino Unido”, advirtió Eva Millán, corresponsal en la capital británica. Las autoridades han pedido a las compañías de agua que extremen las medidas ante reservas “en niveles récord de bajo” y ríos “con caudales más bajos incluso que en la sequía de 2022”.
La preocupación no se limita a la meteorología. “Es también un problema estructural”, explicó Millán. “Aquí llevan décadas sin construir nuevos embalses”. Y aunque los días soleados puedan parecer agradables, lo cierto es que “hemos tenido la primavera más caliente desde que existen registros, y en términos de lluvia, es la sexta más seca desde 1836”.
En españa los embalses estan al 76,8%
En el otro extremo del continente, España vive una primavera insólitamente húmeda. “Los embalses están al 76,8% de su capacidad, con 43.038 hectómetros cúbicos de agua. Algunos rozan el 100%”, destacó el programa. En Sevilla, marzo fue el mes más lluvioso desde que existen registros.
Frente a esta aparente bonanza, el divulgador científico Jorge Alcalde puso el foco en el origen del fenómeno: “La ciencia aún no puede asegurar si esto es estructural o excepcional. Los modelos de atribución climática necesitan más repeticiones para establecer una causa clara”. No obstante, sí mencionó la posible influencia de fenómenos como El Niño y La Niña, que pueden alterar los patrones de lluvia y temperatura a escala global.
¿Estamos preparados para lo que viene?
Alcalde advierte que, aunque ahora haya agua de sobra, no se debe bajar la guardia. “Si somos prudentes y no hacemos locuras con el agua, podemos tener reservas suficientes incluso más allá de un año”, dijo. Pero recordó que no todo el país está igual: “En el sudeste peninsular y en algunas partes de Canarias seguimos teniendo problemas”.
El experto subrayó la importancia de la infraestructura hídrica y las políticas de consumo. “Cuando existen infraestructuras para recoger el agua y políticas razonables, podemos soportar mejor los inevitables ciclos de sequía que volverán”.
Lo que hasta hace poco eran certezas meteorológicas —lluvias en el norte, sequías en el sur— parecen hoy desdibujarse. El clima da señales de reconfiguración, con efectos inmediatos sobre la agricultura, la economía y la vida cotidiana. “El tiempo está al revés”, repiten en COPE, y mientras los científicos intentan entender por qué, Europa se prepara, entre incertidumbre y preocupación, para un verano que promete no ser como los anteriores.