El calvario de Miguel durante su adolescencia tras ser diagnosticado con el síndrome de Tourette: lo que pasaba entre sus compañeros cuando tenía un tic
Para entender mejor el síndrome de Tourette, 'La Tarde' conversó con Miguel Cerbera, diagnosticado con esta enfermedad a los 12 años

'La Tarde' conversó con Miguel Cerbera, diagnosticado con esta enfermedad a los 12 años
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El 24 de junio de 2023, el público del festival de Glastonbury en Reino Unido vivió algo más que un concierto. Lewis Capaldi, uno de los cantantes más reconocidos a nivel internacional, se subía a un escenario abarrotado para ofrecer su música. Todo parecía ir bien hasta que, de repente, su voz comenzó a fallar. Su rostro, cuello y boca comenzaron a hacer movimientos involuntarios. Fue una crisis provocada por el síndrome de Tourette que lo obligó a detenerse.
Dos años después, Capaldi eligió regresar al mismo escenario. Esta vez, con voz firme y llena de fuerza, el artista volvió a cantar, y el estadio entero le respondió con una ovación. Fue un momento de reconciliación con su propia vulnerabilidad, una imagen poderosa de cómo se puede transformar el dolor en un acto de empatía colectiva.
La realidad de muchos
Para entender mejor el síndrome de Tourette, La Tarde conversó con Miguel Cerbera, diagnosticado con esta enfermedad a los 12 años. Al principio, le detectaron TDAH a los 11 y comenzó un tratamiento. Sin embargo, los efectos secundarios de la medicación revelaron la verdadera causa: “Me empezaron a salir tics muy fuertes, como arrancarme el pelo. Ahí saltaron las alarmas”, explica.
Gracias a una profesora que conocía el síndrome por otro alumno, Miguel fue derivado a un especialista. Así llegó el diagnóstico correcto: Tourette. “Yo antes no había oído hablar del síndrome, ni mi familia tampoco. Fue todo nuevo para nosotros.”
Tics, estigmas y redes sociales
“El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico cuyos principales síntomas son los tics, tanto motores como fónicos”, explica Miguel. Añade que también hay trastornos asociados como el TOC, ansiedad o problemas de conducta alimentaria. Su experiencia personal con los tics fónicos, como los ruidos con la garganta, le ha afectado especialmente. “Por ejemplo, yo no puedo entrar en una biblioteca”, comenta.
Más allá del diagnóstico, Miguel denuncia el trato que ha recibido esta enfermedad en los medios y redes sociales: “Ha habido muchísima mofa con el Tourette. En TikTok, incluso, hubo una moda de imitar tics. Eso nos dolía mucho a los que convivimos con esta enfermedad.”
La lucha por el control no es gratuita
Miguel también aclara un punto importante: aunque no se vean, los tics están ahí. “Yo tengo siempre el mismo nivel de tics, pero he aprendido a reprimirlos. Eso, claro, genera estrés, ansiedad, y en muchos casos puede llevar a una depresión.”
Sobre los tratamientos, indica que no existe una medicación específica, aunque se está experimentando con nuevos métodos como pulsos eléctricos. Sin embargo, lo esencial, según él, es la capacidad de controlar los tics, algo que se aprende, muchas veces por presión social. “Es como aprender a vivir sin respirar”, resume.
Educación, trabajo y Tourette
El síndrome ha supuesto grandes obstáculos para Miguel. “Sacar la ESO o el Bachillerato ya fue una lucha. En clase, con los tics fónicos, la gente se reía, me miraba. Me sentía avergonzado.” Su paso por la universidad también fue complicado, al punto de tener que abandonar clases para evitar las miradas.
A pesar de todo, ha conseguido construir una vida profesional sólida. “Empecé a trabajar a los 21 montando mi propia empresa. He trabajado en varias startups y ahora me cambio de trabajo. En el mundo laboral, he encontrado mucha más comprensión que en la etapa escolar”, señala.
El poder de las asociaciones y la importancia de visibilizar
Miguel también destaca el papel de las asociaciones como espacios de contención, aprendizaje y apoyo: “Nos ayudó a entender que muchas cosas que pensábamos que eran solo nuestras, eran parte del síndrome.”
Finalmente, agradece la visibilidad que figuras como Lewis Capaldi o Billie Eilish han dado al Tourette. “Han mostrado que esto no es una exageración. Yo convivo con esto las 24 horas del día. La visibilidad ayuda a que la gente entienda y deje de juzgar.”
Porque hablar, visibilizar y empatizar puede ser, en muchos casos, tan importante como un tratamiento. Como en Glastonbury, donde miles de voces unidas demostraron que el aplauso también puede ser medicina.