Antonio lleva 5 años sin poder salir de su casa y ningún vecino quiere ayudarle: "Como en una cárcel"
Padece esta enfermedad desde hace cinco años y tiene una discapacidad del 68%. En 'La Tarde' cuenta su testimonio y cómo es su día a día sin poder salir de casa

Antonio lleva 5 años sin poder salir de su casa y nadie en su comunidad quiere ayudarle
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Atrapado en su propia casa. Antonio tiene 63 años y cada día que abre los ojos, se encuentra en el mismo escenario, entre las mismas cuatro paredes, sin poder salir. Así durante los últimos cinco años. Como si viviera en una especie de confinamiento perpetuo. Continuo. Y no es por padecer algún tipo de virus. Tampoco lo es porque no pueda salir para no contagiarse de algún patógeno que pueda afectar gravemente a su salud.
Antonio Santacruz tiene EPOC, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que le obliga a estar 21 horas al día enganchado a un respirador. Un aparato que le ayuda a mantenerse con vida. Y no solo eso, Antonio tiene una discapacidad del 68%. Entre unas cosas y otras, este hombre de Villaverde, en Madrid, lleva cinco años sin salir de casa por sus propios medios. Está obligado a estar la mayor parte del día conectado a esta máquina y es incapaz de salvar los tramos de escalera que separan su piso de la calle. En 'La Tarde' nos hemos acercado hasta su piso, en un edificio con escaleras y sin ascensor, para conocer a Antonio y saber más sobre su historia.
David, el cuidador de Antonio, asegura que llevan ya un tiempo "peleando con la comunidad de propietarios" para que hagan los ajustes pertinentes y que pueda acudir a sus citas médicas sin depender de otra persona. Ha subrayado que no puede bajar por sí mismo esos tres tramos de escaleras que le separan de la calle.
Atrapado en su propia casa, "como si estuviera en la cárcel"
Antonio confiesa que se siente "como si estuviera en la cárcel, pero en mi propia casa". Lamenta que no tiene una silla salvaescaleras para subir y bajar. "Para bajar me defiendo un poco agarrándome a la barandilla y a la pared, pero subir imposible. Subo tres escalones y me tengo que poner el oxígeno", admite a Pilar Cisneros.
De hecho, ni siquiera recuerda cuándo fue la última vez que fue capaz de salir de su casa por sus propios medios y que pudo bajar y subir esos dos tramos de escaleras que, a día de hoy, son todo un muro, prácticamente infranqueable, entre él y la calle. No puede ver ni a sus amigos, ni a su hermana ni tan siquiera a sus sobrinos fuera de las cuatro paredes de su casa. "Estoy encerrado aquí como si estuviera en la cárcel", lamenta.
Lo único que podría ayudarle un poco sería la instalación de una silla salvaescaleras, pero confiesa que sus vecinos no quieren. "Uno de ellos dijo que la pusiéramos nosotros por nuestra cuenta. ¿Cómo la voy a poner yo por mi cuenta, con una paga que tengo de orfandad?", se pregunta y, a continuación, añade: "Ellos no piensan que algún día puedan llegar a viejos y les puede hacer falta el salvaescaleras ese. No entran en razones, van a lo suyo".

Antonio admite que si no puede bajar, llama a los bomberos, como ya ha hecho, sobre todo cuando tiene que ir al médico o necesita acudir a urgencias. "Es imposible. Los bomberos me sacan uno de cada lado porque me da miedo la escalera. Con el oxígeno, tres escalones y me tengo que parar un rato. Y así me voy apañando", explica. Eso sí, esto no es suficiente para que él pueda salir de casa. "No es plan de vida. Parece que estoy en la cárcel y así en mi propia casa", se queja.
"Soy una persona humana, como otra cualquiera, pero no puedo ir al parque, no puedo ver a amigos, no puedo ver a mi hermana", se lamenta.
El cuidador de Antonio explica a 'La Tarde' que se han puesto en contacto con la comunidad. "Me han dicho que me busque yo la vida", sostiene. La instalación de la silla salvaescaleras "no supera los 12.000 euros" y con la discapacidad que tiene Antonio, explica su cuidador David, el Ayuntamiento de Madrid ofrece ayudas que cubren hasta el 90% de la instalación.
"La contestación que han dado es que ellos no tienen la culpa del estado de salud de Antonio. He consultado y casi el 95% de las demandas presentadas por personas con un tipo de discapacidad en un juzgado, falla a su favor", asevera.
Para Antonio, quien tiene que lidiar y coexistir con esta terrible enfermedad, salir a la calle sería "lo mejor de mi vida".



