El cigarrillo electrónico es un producto que surgió allá por el año 2003 para luchar contra la adicción al tabaco. Es un dispositivo que se utiliza también para fumar, que funciona con pilas y utiliza cartuchos llenos de nicotina. Algo que muchos consumidores no saben. En ese cartucho, además de nicotina, se mezclan varios aromatizantes y líquido con otras sustancias químicas.

En España, según un estudio de la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo, hay en torno a medio millón de “vapeadores”. Así es como se les conoce a los consumidores de estos cigarrillos. Porque lo que inhalan no es humo, sino vapor. Por el momento, en España las cifras de consumidores de estos cigarrillos no son muy elevadas. No como en Estados Unidos, donde la Agencia del Alimento y los Medicamentos ha denunciado una epidemia de “cigarrillos electrónicos”. Estiman que el 12% de los jóvenes estadounidenses que estudian secundaria consumen este tipo de cigarrillos.

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Carlos Jiménez, neumólogo y presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, ha explicado en 'La Tarde' con Pilar Cisneros y Fernando de Haro que “vapear es inhalar el humo que sale de los cigarrillos. En España cada vez es mayor el consumo de cigarrillos electrónicos. Su uso es atractivo para los jóvenes”.

"Pueden provocar cáncer y otras enfermedades respiratorias"

“La regulación en nuestro país no permite que estos cigarrillos sean consumidos por menores de edad, al igual que ocurre con el tabaco tradicional. Los cigarrillos electrónicos llevan sustancias que pueden provocar cáncer y otras enfermedades respiratorias”, ha añadido Carlos Jiménez.