

"Me sorprende la ligereza con la que se trapichea políticamente con los aforamientos"
La directora de La Tarde critica que el PSOE de Extremadura haya hecho renunciar a su escaño a una diputada y a otras tres personas para que Miguel Ángel Gallardo, actual secretario general del PSOE extremeño, pueda acceder a un escaño y conseguir aforamiento
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Ya sé que entra dentro del guión, sé que a nadie le extraña a estas alturas, pero me sorprende la ligereza con la que se trapichea políticamente con los aforamientos.
En el PSOE de Extremadura han hecho renunciar a su escaño a una diputada y a otras tres personas que aparecían en la lista electoral para que Miguel Ángel Gallardo, actual secretario general del PSOE extremeño, pueda acceder a un escaño y conseguir el aforamiento. Es una maniobra que pretende dilatar el proceso judicial en el que Gallardo ha acabado imputado por, presuntamente, favorecer la contratación de David Sánchez, el hermano del Presidente del Gobierno, en el conservatorio de Badajoz.
Ya sabes que un aforado regional solo puede ser investigado por el Tribunal Superior de Justicia de su Comunidad así que el proceso actual del hermano de Sánchez, que está en un juzgado ordinario, se vería retrasado o complicado. A este trapicheo me refiero.
Estos tipo de cosas llevan años pasando, siglos te diría. Me viene a la cabeza esa historia que muchos aprendimos en el Bachillerato. La del duque de Lerma, válido de Felipe III, que dio uno de los primeros pelotazos urbanísticos de la historia
Compró a buen precio terrenos y palacios en Valladolid y luego convenció al rey para que trasladara allí la corte desde Madrid. Claro: los precios se dispararon y él revendió ganando mucho dinero. Como consecuencia, en Madrid los precios cayeron y el aprovechó para comprar más palacios madrileños. Después volvió a convencer al rey para trasladar otra vez la corte a Madrid y revendió a precio de oro en la capital. Así se convirtió en el hombre más rico de España.
Claro, fue tan escandaloso que le pillaron. A su socio le ajusticiaron en el Plaza Mayor y el huyó y se hizo nombrar Cardenal para evitar su destino. Aquello dio lugar a una coplilla popular que decía “para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España... se vistió de colorado” .
A su manera, el Duque de Lerma fue uno de los primeros políticos que se aprovechó de su cargo para conseguir protección ante la justicia y esta historia, salvando todas las distancias, me recuerda mucho a las cosas que hoy vivimos.
Evidentemente no estamos en la España del siglo XVII y nuestro sistema judicial es mucho más garantista y democrático... pero esta picaresca ha existido siempre y a veces de forma escandalosa.
Llama tanto la atención el tema de los aforamientos que casi todos los partidos han prometido meter mano y acabar con el asunto... Incluso Sánchez alardeaba de ello en 2018.
Pues han pasado 7 años y todo sigue igual. Solo 6 Comunidades han eliminado los aforamientos de sus diputados y entre ellas no está Extremadura.
Aludir a la condición de aforado no significa ser culpable de nada ni eludir la acción de la justicia. Ésta que seguirá su curso pero por cauces un poco mas enrevesados. Es un camino que el sistema permite.
Lo malo es la sensación que se queda en el ciudadano de que hay gente que se puede aprovechar del sistema. Es justo esa casta con la que unos y otros prometen acabar cada vez que hay elecciones.
Nada que no hayamos vivido ya, nada que nos sorprenda pero todo lo que nos indigna.