Pedro Sánchez ha conseguido la carambola del perfecto desperfecto aceptando la figura del mediador con los independentistas. En vísperas del juicio del proces ha conseguido darle la iniciativa política a los independentistas y dividir a su partido. Esta mañana, varios barones socialistas y diputados críticos que han acusado a Sánchez de ceder ante los independentistas algo que solo todo los españoles pueden decidir. García Page ha pedido la celebración de un consejo territorial.

Hay barones preocupados en el PSOE con razón. En la famosa Declaración de Granada de 2013, el PSOE apostó por una España federal. En el 39 Congreso en el verano de 2017, aposto por una España plurinacional que no sabemos muy bien qué es. Pero un diálogo con mediadores, con dos interlocutores al mismo nivel, cuando menos presupone un Estado Confederal. El Sánchez de los mediadores va contra las declaraciones de su partido y contra el propio Sánchez. Este es lo que decía en el Congreso hace menos de dos meses: "No aceptaré una nueva vulneración de la Constitución en Cataluña"

La vicepresidenta Carmen Calvo, tan conciliadora ella y tan precisa en sus expresiones, ha convocado una rueda de prensa de emergencia en la que ha asegurado que los críticos de su partido están mal informados. En la Cadena Ser ha asegurado que una de las críticas Soraya Rodríguez, no se entera de nada. Ya se sabe que hay enemigos y en el siguiente escalón compañeros de partido. La vicepresidenta ha asegurado que no se ha pactado nada de un mediador internacional sino un relator para ordenar las reuniones de los partidos.

Y mientras la vicepresidenta nos habla de una especie de secretario o secretaria, el independentismo sigue ganando terreno. Rufián ha dicho que de relator nada, que lo que quieren es un mediador. Y Elsa Artadi, portavoz de la Generalitat. le ha criticado a Calvo que el mediador sea para una mesa de partidos catalanes y no de ámbito estatal. Artadi ha dejado claro que quiere hablar de autodeterminación. Sánchez quiere ceder a los independentistas y los independentistas, como no, se muestran insaciables.