En Qatar, después de mucho tiempo, preparando el mundial, les ha pillado el toro. No es fácil encontrar una habitación a un precio razonable. Así que a las afueras de Doha se han instalado unos barracones donde se cobran 200 euros por cama y noche. Lo curioso es que cuando llegan los aficionados tienen que esperar hasta cinco horas para que les den las llaves de su barracón. Parece que los están construyendo sobre la marcha.

Dos cientos euros por una cama y noche en un barracón sucio. En otras circunstancias ni auqnue te pagaran un chon de oro te irías a Qatar a dormir en un barracón. ¿Por qué, por qué aceptan ese trato de los aficionados?

Te vas a un desierto a dormir en un barracón para ver siete goles de tu selección, para tener un rato de alegría. No estamos hechos para la tristeza, y sin embargo cada vez convivimos más con ella. Nos tratamos, con demasiada frecuencia, como un uno siempre es tratado como un problema que hay que resolver. Pagamos 200 euros en un barracón porque la alegría no tiene precio.

Y el que está alegre como unas castañuelas es Sánchez. Hoy es su gran día, el Congreso aprueba con una mayoría muy amplía, en principio 187 votos a favor, los presupuestos para el año que viene. Sánchez acabará cómodamente la legislatura. El Congreso aprueba los impuestos temporales a energéticas, banca y fortunas y la eliminación del delito de sedición. Para más gozo y disfrute del presidente del Gobierno, la diputada de Vox Carla Toscano, ha hecho posible que se olvide el desastre de la 'ley del sí es sí'. ¿Qué más podía querer Sánchez que poder presentarse como un bastión frente al machismo y el radicalismo de la derecha?

Vox le ha regalado a Sánchez un gran momento de felicidad. Sánchez está tan contento de sacar adelante los presupuestos que se ha rociado de incienso hablando de su capacidad para formar mayorías, a diferencia de la derecha y la izquierda de siempre.

Otegi ha explicado en que consiste esas mayorías que el presidente del Gobierno tanto se trabaja con cesiones a Bildu y a ERC. Otegi explica la política de Sánchez. Otegi, Otegi, por qué hay que reforma el Código Penal.

Esas mayorías de las que presume Sánchez se han negociado con una persona como Mertxe Aizpurua. En 2001 ETA asesinó al director financiero de 'El Diario Vasco' de San Sebastián, Santiago Oleaga. Y Aizpurua, que era periodista, por llamarlo de algún modo le hizo una entrevista a la dirección de la banda que justicaba el asesinato como un modo de ampliar la libertad de expresión. Aizpurua era cómplice, al menos daba voz, a quienes consideraban que los asesinatos eran acciones y las víctimas objetivos.