Las buenas series tienen que tener un buen guión. Tener un buen arranque, un buen desarrollo y un buen final. Introducción, núcleo y desenlace... ¡si esto es muy clásico! Y las series pierden mucho cuando se estiran demasiado. Y eso es lo que le está pasando al Gobierno con el culebrón de Franco.

Muy a su pesar, el Gobierno va a conseguir a este paso que nos olvidemos del dictador porque ya la serie no se aguanta. Iban a sacarlo del Valle de los Caídos en verano, luego en otoño, y en el Consejo de Ministros de hoy han dicho que están ya con los trámites administrativos para que sea dentro de unas semanas y que van a evitar a toda costa que vaya a La Almudena.

Se suceden las estaciones y el personaje, como en las malas series y como viene sucediendo desde hace 40 años, va perdiendo interés para el común de los mortales. Los finales abiertos solo le gustan a los culturetas. La gente de a pie queremos saber que ha pasado al final de la peli. Sánchez tuvo la arrogancia de no ponerse de acuerdo con la familia Franco, ha querido liar a la Iglesia y ahora quiere impedir que los restos vayan a la Almudena. Y lo peor para este guionista que es Sánchez es que ya nos interesa menos este tema.

Primero dijeron que con la ley de la memoria histórica se podía prohibir que los restos fueran a la Almudena. Luego se dieron cuenta de que había que cambiar la ley... Esta serie tiene mal guionista, nos aburre. Franco nos vuelve a aburrir.