No se puede ser excéptico. Hay veces que en política se ve la luz, la luz en este caso naranja. Los que antes era populismo pop, cuñados, socialistas, tontos útiles pueden ser descubiertos como la nueva patria, la patria de unos valores con los que uno se identifica. Hay veces que se descubre la luz o se enamora uno de nuevo. Es lo que le ha pasado a Angel Garrido, el hasta hace muy poco presidente de la Comunidad de Madrid, con el PP.

En Ciudadanos la presentación de Garrido, que se pasa de número 4 en las listas a las elecciones europeas de por el PP a número 13 de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, ha provocado euforia.

Esta mañana en el BOE aparecían las listas del PP al Parlamento Europeo, en el puesto cuarto figuraba Garrido porque el 16 de abril firmó una declaración jurada en la que aceptaba ser candidato por ese partido. Garrido ha visto la luz naranja pero lo llevaba todo en secreto, porque no ha querido comunicár a nadie que había aceptado ser el número 13 por Madrid de Ciudadanos.

Garrido o ha visto de repente la luz naranja o tenía guardada en el congelador una venganza a Casado que no le hizo candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Garrido es un auténtico Saulo naranja.

Hace poco más de un año, cuando Cristina Cifuentes todavía era la presidenta y Garrido el puesto de portavoz, Garrido arremetió contra Ciudadanos por las diferencias entre los socios sobre la comisión de investigación sobre la corrupción en la Comunidad de Madrid, y no fue muy suave en sus calificativos. "Aquí Ciudadanos es el tonto útil de la izquierda y el que está haciendo el caldo gordo", decía Garrido.

No fue una excepción, hace unos meses, en junio de 2018, Garrido decía que apostar por Ciudadanos no era una apuesta segura. Ahora sí le parece a Garrido una apuesta segura Ciudadanos.

En septiembre, en el debate del Estado de la región, acusó a Ciudadanos de ser los cuñados y los socialistas: "Con esas siglas llámense cuñaos, que es lo que les vendría al pelo".

Garrido, fulminado por el rayo naranja, deseoso de hacer un cambio en el que más daño podía hacerle al Partido Popular, se ha hecho un populista pop, un tonto útil, un cuñado.

Los fichajes estrella ocupan un espacio importante de la información, luego pasa el tiempo y pasan a segundo plano.