Cuando el sábado Máxim escucho este sonido pensó que el comienzo del final de su pesadilla podía estar cerca. Este es el sonido de una flota de 50 autobuses blancos que llegaron a la ciudad de Mariúpol, ciudad del sur de Ucrania, asediada por el ejército de Putin. Hemos hablado ya alguna tarde de Máxim es un ingeniero infoormático que está con sus abuelos en Mariúpol. Sus abuelos tienen más de 80 años. La supuesta apertura este sábado de un corrador humanitario para que los civiles salieran de la ciudad era la gran esperanza. El sábado esa esperanza se frustró porque los rusos no respetaron el alto el fuego. En Mariúpol este sábado no se encontraba agua, ni pan, ni casi nada para comer.