Con la vuelta al colegio de los más pequeños ya encarrilada, llega el turno de los hermanos mayores, es decir, los estudiantes universitarios. 

Uno de los quebraderos de cabeza de este momento, más allá de elegir el grado que van a estudiar, es elegir dónde se van a alojar cuando la universidad está fuera de su provincia. En esta tesitura están, según datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el 25% de los estudiantes españoles, que en dos semanas empezarán las clases. 

El estudiante que se desplaza fuera tiene básicamente tres opciones de alojamiento: alquilar un piso o una habitación; conseguir una plaza en una residencia universitaria; o entrar en un colegio mayor. El primer caso, el más habitual entre los estudiante, con sus pros y sus contras.

Aunque más allá de la convivencia, o la habitación que te toque, el problema en 2019 es el precio. Por ponerte un ejemplo, desde 2014, en Madrid, el alquiler de un piso ha subido un 42%. En Barcelona un 38%. 

Algunos optan por el alojamiento residencial, sin embargo, la oferta de las residencias todavía está más ajustada que la de los pisos. En España hay 844 residencias universitarias y 181 colegios mayores. Es decir, hay 91.000 plazas para 490.000 estudiantes desplazados. No salen las cuentas. 

Entonces, ¿qué hacer? ¿Cuál es lo mejor?¿Qué tenemos que preguntarnos a la hora de buscar este tipo de alojamiento? En 'La Noche' de COPE han puesto encima de la mesa las dos opciones: piso o habitación frente a colegio mayor o residencia.

María Cano es una malagueña de nacimiento que vivió 13 años en Cancún (México) y que actualmente reside en Madrid, donde estudia. En su primer años de universidad estuvo en una residencia, pero ahora ha decidido dar el salto a un piso compartido en Plaza de España. Un cambio que le ha valido para, por lo pronto, pagar bastante menos de alquiler.

Por otro lado, Ana Reyes está en una residencia en la capital de España. Pese a que el alquiler de pisos alcanza precios desorbitados,  compartir vivienda presenta un claro atractivo en el posible ahorro de dinero que supone, comparado al desembolso que supone pagar una residencia completa. Sin embargo, muchos padres prefieren que sus hijos estén en un entorno más controlado, con horarios fijos y con personas a su cargo. Ana es una joven granadina que llegó a Madrid hace tres años para cursar Comunicación Audiovisual y Periodismo. Cuando se trataba de elegir lugar donde dormir, ella, decidió la residencia.

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