Aseguran los estudiosos que la primera historia documentada de una casa encantada ocurrió en Atenas. Allí, a finales del siglo I a.C., un filósofo de la antigua Roma, Atenodoro Cananita, vivió una siniestra aventura en una casa de la que sus anteriores inquilinos huyeron al presenciar un fantasma.

Una noche, mientras el filósofo escribía tumbado en la cama, se empezó a escuchar un sonido de cadenas. De pronto vio ante él la figura vaporosa de un anciano delgado, con barba y cabello erizado, vestido con ropajes andrajosos, caminando de manera lenta y pesada, y portando grilletes en los pies y cadenas en las manos.

A pesar de que siguen existiendo personas que no creen en la realidad de este tipo de acontecimientos sobrenaturales, las estadísticas nos indican que son muchos los hogares en los que parece habitar una presencia que no es puramente física. Son casas encantadas.

Pero, esas presencias, ¿son los espíritus de personas fallecidas?, ¿se trata del remanente energético de acontecimientos trágicos del pasado? O, como apuntan algunos especialistas, ¿podría tratarse de manifestaciones provocadas o catalizadas por aquellos que estamos vivos? En 'La Noche de Arjona' hablamos de casas encantadas.