La Guerra. El río Manzanares. Las vías del tren y aquel tranvía al que había que subirse en marcha. A José Luis López Vázquez lo marcaron muchas cosas, pero si hubo algo que podría haber marcado su vida para siempre fue una propuesta que le llegó de Hollywood y que rechazó sin más.
Cuando el matrimonio de sus padres se rompió, su madre se tuvo que ganar la vida como costurera. "Cuando llegaba a casa él tenía preparado el brasero, se manejaba con el picón y había comprado un filete de 30 céntimos que compartían entre los dos".
SU GRAN PASIÓN
En “La Noche de Adolfo Arjona”, Javier Galiacho ha desvelado algunos de los episodios más desconocidos de la vida del actor madrileño, quien quiso ser arquitecto y terminó haciendo únicas películas como “El verdugo”, “El pisito”, “La cabina” o “Atraco a las tres”.
Empezó como actor de teatro, aunque él siempre se consideró un actor de cine. Consiguió sus primeros papeles en la gran pantalla gracias a su trabajo como figurinista, una de sus grandes pasiones.
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Y HOLLYWOOD LLAMÓ A SU PUERTA
A lo largo de su carrera, le llegaron multitud de propuestas. Hubo una que no podía rechazar. Y sin embargo, la rechazó. El director George Cukor se quedó sorprendido con su enorme talento y tras rodar con él “Viajes con mi tía” lo invitó a Hollywood.
En la Meca del Cine, Cukor le presentó a los prestigiosos directores Frank Capra y Billy Wilder. En ese momento le pide que se quede en Hollywood, aprenda inglés y se convierta en una gran estrella. Pero López Vázquez tenía claro que en España era feliz y nunca dio el paso. Si se arrepintió o no, ya nunca lo sabremos.