El otoño será complicado. La vida es un 9% más cara que hace un año y la cesta de la compra casi un 15%. Y aunque aún quedan un par de meses para la entrada del año nuevo, ya sabemos algunos cambios que va a traer el 2023. Otro año más, la principal partida estará destinada a pagar las pensiones. Eso sí, con novedad porque el Gobierno planea revalorizarlas con la inflación anual media del mes de noviembre que estará en torno a un 8’5%. ¿Es una buena noticia? ¿O más bien se trata de un ajuste imprudente como advierten muchos expertos? El presupuesto total es de más de 190.000 Millones de euros. De cada 100 euros que gaste la administración el año que viene, 40 irán a pensionistas.

El Gobierno destinará 39.000 millones de los impuestos a cubrir el agujero en la Seguridad Social que dejan las pensiones porque como explica el profesor de economía de la Universidad Francisco de Vitoria, Manuel Monge “la diferencia entre los ingresos por cotizaciones y el gasto de pensiones se ensanchará este año un 11% tras la revalorización. Con lo que aportamos todos los españoles no llegamos. Faltan 39.000 millones que se tienen que inyectar de los presupuestos”.

Aún falta por conocer el dato final del IPC de noviembre de 2022, que será el que fijará la cuantía exacta de las retribuciones. En otros países, lo que se hace es buscar otro indicador que intervenga la inflación como los movimientos salariales. Mercedes Ayuso, catedrática de la Universidad de Barcelona, nos dice en COPE que “en España dependemos exclusivamente del IPC. En otros países se mete el IPC acompañado de otros movimientos que tienden a suavizar el incremento que se produce”.

En cuánto quedarán las pensiones tras la subida

Pero¿Cómo quedan las pensiones con esta subida? Hablamos de dos grupos. Las pensiones de jubilación; las prestaciones que las personas cobran por haber estado insertados en el mercado laboral y funcionan en base a lo cotizado: las contributivas. Y luego están las de supervivencia; prestaciones de viudedad, de orfandad… Las no contributivas. Las de viudedad, por ejemplo, pasarán de los 752 a los 816 euros. Es decir, 64 euros más, las de incapacidad subirán 87 euros hasta los 1.106… Y otro ejemplo, las de favor familiar que se dan por cuidar de un dependiente pasarán de los 612 euros a los 664 euros.

Y en las contributivas, la mínima pasará de los 1.005 euros mensuales hasta los 1.090 euros en 2023. 85 euros. Y las máximas suben mucho más. 240 euros. De los 2.820 euros hasta los 3.060 euros de cara al próximo año. ¿El jubilado medio cómo lo va a notar? Pues de cobrar 1200 euros, cobrará 1.300. 100 euros más. Inmaculada Ruiz es la presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España. Inmaculada cobra poco más de 1.000, como el 42% de los pensionistas y considera que la subida de este 2023 es insuficiente. Tanto para los jubilados como para las viudas que apenas cobran 700 euros de media. “Una pensión de 1.00 euros al mes es insuficiente para vivir. Tendrían que subirlas bastante más. Los jóvenes también tienen sueldos muy bajos y muy malos. También luchamos para los jóvenes, porque para nosotros tampoco va a haber mucha solución”.

Precisamente la brecha generacional es una de las cosas que más acusa esta subida de las pensiones que va ligada a una subida de impuestos. Y fallan el equilibrio y la sostenibilidad en un país como España, con un envejecimiento de la población que avanza imparable.

Se contabilizan 125 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Y esto es clave en el flujo del sistema de pensiones. Trabajadores activos de los que recaudar. Si no, como explica la balanza no sería justa. Esta es la conclusión. La de una balanza rota. La de un sistema de pensiones que se agota año a año y que se basa en subidas de impuestos a los bolsillos de una población que ya está al límite.