El consumo de ansiolíticos en España, una preocupante realidad: 110 dosis diarias
En España, 4 millones de personas dependen de los ansiolíticos, y en COPE analizamos este consumo con expertos y pacientes

El consumo de ansiolíticos en España: una preocupante realidad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El país se posiciona como el mayor consumidor de benzodiacepinas en el mundo, con un promedio de 110 dosis diarias por cada 1.000 habitantes.
Los fármacos más comunes utilizados son el Lexatin, Orfidal y Trankimazin, recetados para tratar la ansiedad, el insomnio y la relajación muscular.
Ana, una mujer de 32 años y que trabaja en un turno de noche en una paquetería, confiesa en los micrófonos de COPE que utiliza pastillas para descansar porque no descansa durante la mañana por el ruido de las obras.
Expertos en salud mental advierten que se ha producido una "medicalización de la vida", donde situaciones cotidianas y no necesariamente patológicas se etiquetan erróneamente como trastornos de ansiedad o insomnio.
Esto ha llevado a un incremento desproporcionado en la prescripción de psicofármacos en lugar de considerar opciones de tratamiento psicológico o psiquiátrico.
El exceso en la prescripción de ansiolíticos ha sido reconocido por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. Patricia, a causa de la pérdida de su padre, acudió a su médico de cabecera y expresa en COPE que le recetó Paroxetina, un antidepresivo
El consumo de estos medicamentos ha aumentado más del 30% en la última década, situándose entre los fármacos más recetados en el país.
¿Por qué es tan fácil acceder a ellos?
La falta de profesionales especializados en salud mental, con solo seis psicólogos clínicos y once psiquiatras por cada 100.000 habitantes, puede haber contribuido a este fenómeno.
Los médicos de atención primaria son los primeros en enfrentarse a estos casos y reconocen la necesidad de ser cautelosos con el uso prolongado de ansiolíticos debido a los problemas de dependencia y tolerancia que pueden surgir. Además, se destaca la falta de conciencia sobre los riesgos asociados con estos medicamentos.
El perfil de las personas que acuden a los médicos de familia para obtener recetas de ansiolíticos preocupa, Lorenzo Armenteros, miembro del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia señala en Cope que “cada vez más hay personas jóvenes que llegan a ocupar toda la consulta de edades en la mayoría de los casos”.
La fácil accesibilidad, la eficacia y el bajo costo de estos medicamentos han contribuido a su amplio uso, aunque se reconoce que existe una sobre prescripción médica.
La situación plantea la necesidad de abordar de manera integral la salud mental en España, fomentando alternativas terapéuticas más allá de la medicación y promoviendo una mayor disponibilidad de profesionales especializados.
Sobre la concienciación de los riesgos asociados con el uso de ansiolíticos, Armenteros insiste en que “el fármaco deja de hacer efecto y los ansiolíticos pueden participar hasta en un 21% de la mortalidad, provocando alteraciones de la memoria, riesgos de caída y descoordinación motora”.



