Empezamos por el estómago porque fueron miles de personas las que empezaron a subir fotos y vídeos haciendo pan casero durante el confinamiento. Se dispararon las búsquedas de cómo hacer pan sin levadura o incluso sin horno. Todo para salir de casa lo menos posible. Era la única manera de doblegar la curva. Y como la creatividad no tiene límites, surgieron auténticos youtubers domésticos como este…

La 'fiebre del pan casero' la recordamos todos. Esos días que se hicieron eternos entre nuestras cuatro paredes. Podría verse como una etapa de redescubrimiento personal. Y con el cierre de guarderías y colegios, los más pequeños necesitaban mantener como fuera la actividad mental y física. Empezó todo un movimiento de escuela doméstica con talleres online para hacer por ejemplo slime casero para los niños, esa plastifica viscosa que das forma con tus manos. También juegos de aprendizaje de, por ejempl,o de las capitales de Europa. Y algunas madres dieron un paso más y crearon un nido infantil en su casa con varios rincones para que sus hijos fueran explorando y aprendiendo.

En La Mañana del Fin de Semana hemos hablado directamente con personas que han aprovechado los meses de confinamiento y teletrabajo para dar un giro a su vida. Julia siente desde hace años una vocación al servicio público y aprovechó el tiempo en casa para plantearse su futuro y prepararse para opositar. Ahora sigue estudiando esperando la convocatoria: "Es algo que me planteaba para el futuro, pero la pandemia ha adelantado el plan. Dicen que es el mejor momento para opositar porque tenemos la mayor oferta de empleo público. Aproveché el tiempo en casa para plantearme mi futuro profesional".

Marta ha descubierto uno de sus talentos ocultos: coser a máquina. Nos cuenta que "después de tantas horas encerrada en casa descubrí haciendo limpieza una vieja maquina de coser de mi abuela. Ahora hago cortinas y manteles con telas viejas que voy encontrando".

La creatividad no tiene límites. Alberto Messía vive en Alcorcón y ha creado un juego de mesa durante el confinamiento. La temática es la propia pandemia ¿y el nombre? 2020, como este año tan atípico que nos ha tocado vivir. La idea surgió una tarde hablando con un par de amigos. El objetivo es "la concienciación social". Un juego de mesa "que denuncia las malas conductas y hace un llamamiento a la responsabilidad individual y colectiva".