Tomo nota y, efectivamente, como dijo el poeta asturiano Ramón de Campoamor, "nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con el que se mira".

Una frase aplicable a tantas cosas en esta vida y, por supuesto, a la política sobre todo cuando estamos en campaña. Una jornada de reflexión, estrictamente interpretada, debería de servir para ver a través de todos los cristales que se ofertan y en esta campaña andaluza hay muchos.

En el cristal de Susana Díaz se ha cambiado el rojo tradicional del PSOE por el verde. Cambio de colores en dos sentidos; uno para distanciarse de las política nacional que lleva a cabo Pedro Sánchez pendiente de nacionalistas e independentistas y el otro para identificarse con Andalucía hasta el extremo.

En este sentido, me viene a la cabeza el rey francés Luis XIV diciendo “el Estado soy yo”. Susana Díaz parece haber adaptado la frase en campaña y ha reclamado que Andalucía es ella. Por ende, cualquier crítica a su gestión ha sido convertida en una crítica hacia Andalucía. Lo de Luis XIV era absolutismo y lo de Susana, susanismo.

Adelante Andalucía, la marca blanca de Podemos, ve a través de su cristal la posibilidad de un pacto de gobierno y han aprovechado la campaña para ir dejando miguitas de pan político por si acaso, el lunes, al PSOE no le queda más remedio que explorar ese camino del pacto.

PP y Ciudadanos ante mirándose de reojo y han intentado nacionalizar la campaña. El PP tiene dos opciones, o renacer de sus cenizas como el ave fénix o quemarse en esas mismas brasas de las que pretende renacer. Ciudadanos busca consolidarse como ariete del susanismo después de 4 años apoyando al susanismo. Y tenemos también la posible novedad de VOX. Mañana se confirmará si estos días VOX ha sido una espejismo o realmente es el invitado sorpresa de la fiesta de la democracia andaluza.