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Domingo de Ramos. Domingo de confinamiento y al menos seguiremos así hasta el 26 de abril y según el Presiente, probablemente, mas allá.

Así que vamos a ir reservando sitio en el sofá de casa para los primeros días de mayo. Eso sí, dice Sánchez que ya más allá del 26 de abril no será el confinamiento actual. Que será algo más relajado. ¿Qué quiere decir? Pues quizás, quiere decir, quizás que para el mes de mayo puede abrirse la mano para que los niños salgan un poco o se pueda salir para hacer deporte de forma limitada. Ya veremos...

Por lo pronto, se ha convocado para este Jueves Santo el pleno del Congreso que autorizará prolongar el estado de alarma hasta el 26 de abril. Tendrá el respaldo necesario de la mayoría de la oposición a pesar de que PP y Ciudadanos critican la falta de transparencia y las preguntas filtradas en las ruedas de prensa que da el presidente. Ante el aluvión de críticas y el plantón de medios, ahora anuncian que van a cambiar el método.

En resumen, PP y Ciudadanos darán su apoyo a la prorroga y VOX se desmarca y pide la dimisión de Sánchez. Apoyo de la mayoría de la oposición, pero no exento de crítica.

El presidente se ha pasado buena parte del estado de alarma tomando medidas de calado social y económico sin consultar con nadie, tampoco con la oposición. Sin embargo, a la hora de salir frente a la cámara invoca al espíritu de la Transición para recabar los apoyos que necesita. Apela a los Pactos de la Moncloa para salir de esta crisis.

Los nuevos "pactos de la Moncloa"

Los Pactos de la Moncloa se firmaron en 1977 entre la UCD, el PSOE, el partido Comunista de Carrillo, Alianza Popular, el PNV o Convergencia, entre otros actores. Contemplaban 2 tipos de acuerdo; uno para el saneamiento y reforma de la economía y el otro sobre el programa de actuación jurídica y política.

Con ellos se consiguió modernizar la economía para afrontar por ejemplo las consecuencias de la crisis económica del 73, se ampliaron los derechos sindicales y se sentaron las bases de las libertadas sociales y políticas que luego llegaron con la Constitución...

Sánchez apela a este espíritu. Pero ni la situación es la misma, ni Sánchez ni el resto tienen nada que ver con Suárez o Felipe González. No existe ese carisma político que había en el 77.

La brutal crisis del coronavirus está erosionado a este Gobierno, como hubiera erosionado a cualquier otro. Se han tenido que tomas decisiones difíciles y se han cometido errores, como hubiera podido cometer cualquier otro gobierno. Pero le ha tocado a este.

El sentido de Estado de los partidos, en el Gobierno y en la oposición, vale para sacar adelante las medidas extremas como el estado de alarma. Es una cuestión de responsabilidad.

Dicho esto, apelar ahora a los pactos de la Moncloa para cuando esto pase, suena a buscar un atajo rimbombante para sortear que la oposición pida responsabilidades por las cosas que no se están haciendo bien.

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El día que esto acabe, habrá mucho de lo que hablar y mucho más que hacer.