Llevamos días hablando de los estragos que ha causado la borrasca Filomena en casi toda España. Sobre todo, hemos puesto el foco en Madrid o en Toledo, ciudades que quedaron literalmente bloqueadas, que aún tratan de volver a la normalidad. Pero más allá de las grandes urbes, Filomena ha dejado muy tocado al campo español, a las zonas rurales. Hablamos de pérdidas muy cuantiosas que agricultores y ganaderos todavía tardarán tiempo en cuantificar.

Filomena ha terminado de poner la guinda a unos meses que ya de por sí han sido complicados para los agricultores y ganaderos de nuestro país. Meses difíciles para ellos marcados por las protestas contra los bajos precios y la pandemia. Por si faltaba algo, ahora una de las peores borrascas que ha vivido España en las últimas décadas, les ha puesto las cosas aún más peliagudas, como contaba esta semana en Herrera en COPE, Juan José Álvarez, director de ASAJA, una de las principales asociaciones agrarias españolas.

Todos lo son, pero hay casos especialmente sensibles. Por ejemplo, el de la Asociación La Veguilla, que atiende a más de un centenar de personas con discapacidad en el Centro Especial de Empleo del municipio madrileño de Villaviciosa de Odón para la producción de plantas ornamentales desde hace más de 40 años. Ahora piden ayuda. La nieve caída ha hundido los invernaderos. Las gélidas temperaturas que han llegado a registrar catorce grados bajo cero, han congelado prácticamente toda la planta. En apenas unas horas se ha venido abajo el trabajo que estas personas han venido haciendo durante años.

Hay muchos pequeños agricultores que van a tener que empezar casi de cero tras el paso de Filomena, con el sacrificio que eso conlleva y las pérdidas que ya vienen soportando. Hay granjas que han quedado arrasadas. Es la historia de Javier, de la localidad toledana de Pulgar. La hemos escuchado escuchado también aquí en COPE. Y hay más. Zonas bloqueadas por la nieve donde los veterinarios no pudieron llegar y fueron los propios ganaderos los que tuvieron que ayudar a parir a las vacas, ganado bravo fallecido al ser muy difícil de estabular y fincas inaccesibles, por ejemplo en Colmenar Viejo, en Madrid, en las que los animales se mueren porque no pueden ir a darles comida.

Con este panorama, las asociaciones agrarias avisan también sobre los daños que las heladas de los últimos días están causando en las frutas y las hortalizas. También sobre el olivar, porque cuentan que aún queda por recolectar entre el 35 y el 40% de la producción de aceituna. Temen que la acumulación de nieve dañe a los olivos, sobre todo, los más jóvenes y apuntan a provincias como Cuenca, Toledo o Ciudad Real.

Y si echamos un vistazo a otras provincias o CCAA, como la valenciana, aunque los verdaderos efectos de Filomena tardarán aún días en verse, el sector agrario destaca que los cultivos más afectados por las heladas son la alcachofa, las habas, las coles o las lechugas. También algunas variedades de cítricos, muy sensibles al frío. Y en Murcia, por ejemplo, temen que se ralentice la producción de otras hortalizas como la coliflor o el brócoli.