El 8 de junio de 2019 un incendio arrasó un piso en Barcelona. En una de las habitaciones los bomberos encontraron el cuerpo carbonizado de un hombre: Manuel Molina, y había sido apuñalado en el pecho y en cuello. Horas después fue detenido su hijo, Ismael, de 21 años y que llegó a casa sangrando. Contó a los Mossos que no había tenido otra opción porque su padre no era quien decía ser, sino el miembro de un peligroso grupo mafioso que amenazaba con matar al resto de la familia, a su novia Julia y a los gemelos que decía haber tenido con ello.

Esa es, al menos, la historia que él mantuvo hace tres años, pero la Fiscalía cree otra muy diferente. Este martes Ismael se sienta en el banquillo de la Audiencia de Barcelona, y la Fiscalía pide su absolución por esquizofrenia. Eso sí, solicita 34 años de cárcel para la novia, que le indujo a matar.

Dos chicos manipulables

Como señala en La Linterna la periodista y especialista en sucesos, Cruz Morcillo, la artífice de todo es Alba Andreu, con 19 años en el momento de los hechos. “Fue la persona que le convence para matar al padre gracias a que en un año de amistad había adquirido sobre este chico un poder supremo”. Y es que Ismael, en el momento del crimen, estaba sufriendo una crisis aguda de esquizofrenia paranoide, según los informes. “Estaba en pleno delirio aunque nadie lo había diagnosticado, pero ni su padre era un mafioso, ni tenía novia ni tenía hijos con ella”.

“¿Cómo es posible que esa chica manipulara de esa manera a Ismael?”, le preguntaba Expósito, que no da crédito a la historia. Ismael tenía un amigo íntimo desde el colegio, Arnau, estudiaban la misma carrera, ingeniería informática. Arnau empezó a salir un año antes a Alba, a la que había conocido en Tinder. “Ella se da cuenta de que los dos son introvertidos y fácilmente manipulables”, explica Morcillo.

“Se monta una película de que pertenece a un grupo secreto de los Mossos que se dedica a ayudar a mujeres maltratadas y víctimas de trata. Arnau rompe su relación con ella pero Ismael sigue al pie de la letra todo lo que esta le decía, incluido pagar los gastos del supuesto grupo de los Mossos. La estafa empieza en febrero con 100 euros, pero va aumentando hasta llegar a un total de 7.400 euros, sacados de una cuenta bancaria de los padres”, continúa. Entonces, Alba lo usó para comprar teléfonos móvil o un patinete eléctrico.

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Según la Fiscalía lo que hace Alba es “simular que una tercera, una tal Julia, tenía interés por Ismael, pero ella misma haciéndose pasar por su amiga y mantienen una relación por internet”. Llega a simular que habían tenido hijos por inseminación artificial con un tarrito de semen. “Le hizo creer que había tenido gemelos con ecografías sacadas de internet”, explica en COPE la especialista.

Cómo termina convenciendo a Ismael de que mate a su padre

Como detalla Morcillo, un mes antes del asesinato los padres le cierran el grifo, se acaba el dinero y transferencias. “Alba se inventa entonces que su padre tenía conexiones con la mafia y que era un peligro para todos y que la única salida era matarlo y pagar 20.000 euros de una deuda a la mafia”, comenta. “Ella le había detallado muchas formas de cometer el crimen y todas acababan con el cadáver en llamas”, relata la periodista. Fue entonces cuando Ismael cogió una navaja, se la clavó a su padre, roció el cuerpo con gasolina y salió a la calle para formatear el móvil y tirarlo al río.

Ismael pasó dos años en prisión, pero la Fiscalía ahora pide su absolución y la entrada en un centro psiquiátrico. Insisten en que fue Alba quien aisló al chico, lo alejó de la realidad e hizo que germinara en él la idea de matar al padre, que era el obstáculo para que siguiese ingresando dinero. '”La defensa mantiene que sufrió bullying en el colegio, pero el informe psiquiátrico mantiene que tiene rasgos esquizoides y sádicos”, concluye la colaboradora de La Linterna.