Evidentemente existen dos gobiernos: uno mega representado y otro más pequeño. Uno de cara al exterior y otro ideologizado para los socios.

Y luego están el ministro de Cultura --un señor al que no conoce nadie del mundo cultural--; la nueva ministra de la cosa autonómica a la que va a puentear el Sánchez cada dos por tres; Pedro Duque que sigue por ahí con la mitad de competencias y el sociólogo Castells, que está en contra de la separación del Ministerio de Ciencia y Universidades… pero que traga.

Pero dicho todo lo anterior. Más allá del ministro de Justicia para desjudicializar la política o de Ábalos que a este paso traslada el Ministerio de Fomento a la calle Ferraz… más allá de todos y todas… a mi me preocupan más los ministros sin cartera.

Me preocupan más Otegui, Junqueras y la que todo pinta será Fiscal General del Estado, Dolores Delgado. Porque habrá que ver los resultados de este gobierno, sus contradicciones y sus imposibles. Habrá que hacer cuentas sobre cuánto suben los impuestos y sobre el papelón internacional, pero hay algunas evidencias que ya nos deberían helar la sangre.

A mí me dan más miedo los ministros sin cartera que los del Consejo de Ministros de la Moncloa. Más allá del modelo de consumo cubano del ministro Garzón; de las desjudicialización de la política o del consumo cubano de Garzón... a mi me preocupan más tres claves:

La primera… ¿en serio, Pedro Sánchez se va a reunir con Torra y va a blanquear a un President de la Generalitat que se pasa por el arco del triunfo al Tribunal Supremo?

La segunda… el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ¿apoya que Podemos se manifieste en favor de los terroristas de ETA?

Y la tercera… ¿sabe Pedro Sánchez que un personaje como el ex comisario Villarejo llama “Lola” a su Fiscal General del Estado cuando quedaban a comer?

Conclusión: ¿era esto lo del gobierno progresista?