Diego Garrocho: "No lo olviden, todo lo que sale de nuestro teléfono móvil, de algún modo, ya deja de pertenecernos"
El profesor de Filosofía reflexiona sobre dónde comienza la responsabilidad pública y dónde comienza la vida privada tras los mensajes entre Sánchez y Ábalos

Madrid - Publicado el
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Con la filtración de los mensajes entre el presidente del gobierno y su antigua mano derecha José Luis Ábalos, algunos han considerado oportuno abrir el debate sobre dónde comienza la responsabilidad pública y dónde comienza la vida privada.
Ya en su política Aristóteles distinguía entre aquello que pertenece al espacio común compartido, la polis, la ciudad en su dimensión pública y el territorio específico de la vida privada, que identificaba con el oikos, con el hogar. Esta separación antigua choca frontalmente con otro lema, el de Karol Hanisch, quien en 1969 proclamó que lo personal es político.
Al fin y al cabo, la vida privada es una construcción cultural con una trayectoria muy compleja. Tanto es así que dos historiadores, como Georges Duby o Philippe Ariès, coordinaron una investigación enciclopédica que revisaba precisamente la historia de la vida privada, en cinco volúmenes. En el mundo contemporáneo, la privacidad y su extremo de la intimidad han sido renaturalizadas.
Lacan, por ejemplo, acuñó el término extimidad, una palabra que alude a la forma en que proyectamos y desvelamos nuestra intimidad entre los demás. Con el tiempo, y especialmente con el auge de las redes sociales, casi todos participamos en esa exhibición impúdica de nuestra vida íntima, pero no deja ser algo lleno de riesgos. Carissa Beliz, profesora de filosofía en la Universidad de Oxford, escribió un libro titulado La privacidad es poder, en el que advierte sobre los peligros a los que nos exponemos cada vez que renunciamos a nuestra vida privada.
Y hay un hecho evidente, todo aquello que deja un registro informático puede potencialmente ser utilizado en nuestra contra. Sorprende que este principio tan básico, que de hecho se enseña ya a los chicos en las escuelas, sea ignorado por políticos que se empeñan en dejar por escrito mensajes o incluso amenazas. Así que no lo olviden, todo lo que sale de nuestro teléfono móvil, de algún modo, ya deja de pertenecernos.