Daniel llevaba casi 2 años sin ver a su hija. Su madre la tenía secuestrada desde octubre de 2017. ''Es la ultima vez que tengo constancia de mi hija, ya que es cuando la saca del colegio y desaparece de la faz de la tierra'. Daniel nos cuenta tranquilo que la niña está contenta. Él pensaba que iba a tardar más día en recomponerse. ''Lógicamente cuando la recogí estaba muy inquieta y llorando, pero cuando la tranquilicé se puso mejor''. Los padres de Daniel, junto a más familiares le acompañaron. Ahora la situación está normalizada.

Daniel se siente muy satisfecho. ''Ha sido una lucha no solo de casi dos años, sino desde diciembre del 2014. Primero con las denuncias falsas de abuso sexual infantil hacia mi hija y luego con el incumplimiento del régimen de visitas''.

''Que te acusen de abusar a tu hija es lo peor que le puede pasar a un padre''. Tanto la niña como sus padres fueron vistos por un médico forense. Daniel fue interrogado por un juez y salió absuelto junto a su hija de la mano. ''Esos tipos de informes los llaman 'bala de plata'. Aunque salgas inocente, socialmente acabas muy hundido''. Daniel tiene la conciencia muy tranquila.

''Confío en que la justicia establezca las medidas oportunas para que mi hija y yo tengamos una vida normal''.