Faltan poco más de 24 horas para que toda España escuche el mismo sonido de un mismo reloj, el de la Puerta del Sol de Madrid. No queda nada para despedir el año y dar la bienvenida a 2023. La Puerta del Sol será como siempre el centro de todas las miradas, y precisamente desde ahí se ha desplazado parte del equipo de 'La Linterna' para contar cómo se están viviendo las horas previas a las campanadas.

La plaza a estas horas es un hervidero de gente, algunos esperando ya a que se celebren las "preuvas" en un par de horas. Después de casi tres años de pandemia, está será la primera Nochevieja normal. Un fin de año como los de toda la vida, con cenas en familia, o las uvas y los cotillones con amigos.

La mayoría disfrutamos de esta noche, nos reunimos con los nuestros, pero la noche de fin de año también es una noche de trabajo. A muchos no les quedará más remedio que dar la bienvenida al 2023 trabajando. Tal es el caso de Paloma, dueña del restaurante Las Reses, en Madrid, que abre en Nochevieja. Su primer fin de año trabajando fue con solo 15 años, algo que recuerda como una noche "espectacular", pero también con mucha carga de trabajo. "Es lo que toca, hay que hacerlo", dice.

"La preparación es fundamental, hay que estar muy concienciado de todo lo que necesitas y calcular muy bien", comenta Paloma. Y no es para menos, ya que no es una noche para cometer errores. Sus comensales mañana serán de lo más variado: familias, algunas hasta de 4 generaciones, grupos de amigos, gente joven... "Estamos prácticamente llenos", aunque Paloma indica que siempre hay alguna cancelación de última hora o alguien que reserva mesa el misma día si tiene suerte. Todo lo contrario a las Navidades anteriores, que la dueña de este restaurante recuerda con tristeza y algo de temor.

En Las Reses se vive la Nochevieja con intensidad, tanto que Paloma pone la radio y va retransmitiendo ella misma a la vez las campanadas con una bandeja y un cucharón. "Soy como el relojero, yo no me tomo nunca las uvas porque tengo que darlas".

Precisamente, Pedro Ortiz, el relojero encargado del reloj de la Puerta del Sol será otro que estará trabajando mañana a estas horas. Lleva ocupándose de que todo salga bien desde 1997, y en los últimos días no ha parado de visitarlo y comproba rque vaya perfecto. "Venimos por la mañana para comprobar la precisión, que vaya sincronizado con el observatorio astronómico, que es como tiene que ir", cuenta Ortiz. Mañana él vivirá las campanadas dentro del reloj más conocido de España. "Es un momento muy crítico como para estar pendiente de tomarse las uvas, no las hemos tomado ningún año", confiesa el relojero.

Otro de los grandes colectivos que, mientras unos están disfrutando de la fiesta, estarán trabajando para velar por el bienestar y la seguridad de los demás es el de los sanitarios. El doctor Denard Blanco, coordinador de Urgencias del Hospital Beata María Ana, en Madrid, estará la noche de fin de año de guardia. "En la tarde-noche suele bajar el nivel asistencial". Aunque deben estar alerta y concentrados durante todo el servicio, el doctor apunta que en el momento de las uvas suele haber un respiro que les permite celebrar momentáneamente el nuevo año.

Otro lugar en el que se va a trabajar seguro, sobre todo hasta las 12 de la noche, son las gasolineras. Son las últimas horas antes de que se acabe el descuento de 20 céntimos por litro de combustible que daba el Gobierno. "Hay que aprovechar, porque si no va a subir mucho y es que trabajo todo el día con el coche", afirma Luis, que como muchos otros se ha acercado a repostar antes de que termine el año. Las colas se han corvertido estos últimos días en algo habitual, y seguramente seguirán mañana hasta que suenen las campanadas del nuevo año.

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