Tan solo media hora fue suficiente para que este jueves un edificio de 14 plantas ubicado en el barrio de Campanar en Valencia fuera devorado por las llamas. A las cinco y media de la tarde el fuego empezaba a ser visible desde la calle. En el interior del edificio cientos de personas se encontraban tranquilamente en sus casas sin saber que sus vidas corrían peligro. En ese momento escucharon a Julián, el conserje, aporrear sus puertas.

Su impulso fue el de llamar puerta a puerta para que los vecinos pudieran salir, como contaba en La Tarde este viernes. Todo entre un humo intenso y unas llamas que poco a poco les cortaban el camino. Julián consiguió salir gracias a la ayuda de los bomberos, tras lo que guió a los vecinos más afectados hasta los lugares habilitados para poder ayudarlos. Reconoce que ha pasado la noche en vela pendiente de cualquier noticia que viniera de ese edificio.

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Pero la historia que encogió a todos el corazón durante horas fue la de Sara y Amar. Ambos salieron al exterior de la vivienda buscando la manera de no morir quemados, protegidos con bufandas y con sus recuerdos en una pequeña bolsa. Desde allí pedían auxilio y Sara decidió saltar de balcón en balcón tratando de mantenerse a salvo, desde donde les rescatarían hora y media después.

Pero el incidente de este jueves en Valencia arroja varias dudas que han querido aclarar en La Linterna tanto bomberos, psicólogos e ingenieros. ¿Actuaron correctamente los vecinos tras el origen del fuego? ¿Por qué prendió todo tan rápido? ¿Cómo fue la ayuda psicológica momentos después?

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¿Actuaron correctamente los vecinos?

Francisco Soriano, director técnico del Consorcio Provincial Bomberos Málaga, explicaba este viernes a Expósito el motivo por el que se propagó tan rápido el fuego en el edificio: “Cuando ves una cosa así rompe todos los esquemas y procedimientos de actuación”, subraya. Así, lo normal es que con una pronta respuesta, localizan el incendio, los bomberos establezcan el punto base y vayan a buscar el foco. “Lo que no esperaban estos bomberos era que el fuego se estaba propagando por el exterior”, apunta el bombero.

Eso sí, Soriano señala que, respecto a la actuación de los vecinos, “lo que se hizo es justamente lo contrario a lo que explicamos”. “Cierra la puerta al fuego, no salgas al tiro de escalera porque es donde se producen el mayor número de víctimas y, en este caso fue lo contrario”, lamenta. “Las personas que salieron, aun viendo humo en la escalera o en el pasillo, huyeron de la zona del fuego que era la terraza y salían y, en nuestra cultura preventiva, es cierra la puerta al fuego, ahora hay que hacer un ejercicio de pedagogía”, concluye.

Así, el agente contra incendios reconoce que no conoce en España un caso igual que este, “que ha roto los esquemas”. “He hablado con los compañeros de Valencia y no habían visto nada igual”, confiesa a Expósito. “Un escenario dantesco, se vieron engañados por el fuego”.

Por qué se extendió tan rápido

Otra de las preguntas es saber si los edificios son completamente seguros. Javier Fernández, miembro de la Asociación Española de empresas instaladoras de protección contra incendios, ha contado en Herrera en COPE que la normativa contra incendios es mucho más exigente en los garajes que en las zonas de viviendas. “Detectores, extintores o mangueras con depósito de agua, pulsadores del sistema de detección o, incluso, puertas contra incendios”.

Por su parte, Rafael Royo, subdirector de calidad y acreditación de la escuela de ingeniería industrial de la Universidad Politécnica de Valencia, compara lo ocurrido con las famosas Fallas de la ciudad. “Las últimas cremas de la falla recuerdan mucho el aspecto que tenía el incendio de este edificio. Nubes opacas, negras y muy voraces. Es la forma de quemarse de materiales actuales y que se usan en las fallas. Por lo que deduces que el tipo de material que ha ardido en el exterior de la fachada son del mismo tipo”, apunta en La Linterna.

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De hecho, explica en qué consiste la famosa 'fachada ventilada': “No me gusta su utilización generalizada, porque sirve para evacuar el calor en esas fachadas en las que está incidiendo el sol, hace que el aire caliente suba y se pierda en la parte superior”, apunta el ingeniero a Expósito, que añade que “cuando hay gases calientes circulan en vertical por esta facha”.

Así, insiste en que hay un tema importante al que “hay que hacerle justicia”: que el aislamiento térmico es fundamental para ahorrar energía y mantener un comfort. “A eso no podemos renunciar. Que la gente no piense que el aislamiento ha sido el culpable, ha sido un trabajo mal hecho”, aclara.

El apoyo psicológico a los vecinos

Otro asunto clave 24 horas después del incendio son las consecuencias psicológicas en los vecinos. Se han habilitado también hoteles y otros espacios para acoger a los afectados a los que también se está dando apoyo psicosocial. María Rosario, psicóloga general sanitaria en Valencia y especialista en emergencias, comenta a Expósito que “un psicólogo lo que intenta es acercarse poco a poco a la persona porque esta en shock” y adaptarse “a lo que necesita esa persona en ese momento, y llevarlas a un lugar más tranquilo”.

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Concretamente, sobre las personas que esperaban a ser rescatadas en balcón, explica que “estaban agotados”. “Lo que necesitaban era que les tapásemos, una bebida caliente... Y cuando, poco a poco, se van relajando, llega la misión psicológica. Una vez nos hayamos acercado, que vayan recordando lo que ha pasado para prevenir la aparición del trauma que no les deje avanzar”.

Eso sí, reconoce que esas personas ahora están “en estado de shock”: “no pueden pensar, llega tanta información y emoción al cerebro que no pueden pensar”. “Cuando empiecen a darse cuenta de lo que ha pasado es cuando vendrá lo peor. Cuando llegue el momento del papeleo no estarán en condiciones”, concluye.