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El director de 'La Linterna' en COPE, Ángel Expósito, explica cuáles han sido algunas de las contradicciones que hemos vivido durante los meses de Estado de Alarma y la gestión del Gobierno.

Entre un montón de contradicciones, si me apuras, cada día más. Entre el cabreo y la esperanza; entre la salud y la pena; entre sentirnos unos afortunados y pensar en los más desgraciados... todo a la vez.

Expósito cuenta cuáles son las contradicciones surgidas durante la pandemia

Primer contraste aprendido y constatado tras estos tres meses de alarma y excepción: Desde el servicio de tantos trabajadores al cinismo de tanto político de quinta.

El sacrificio y la entrega de tantos miles y miles de sanitarios, militares, fuerzas de seguridad, bomberos... frente a la cara dura de tanto cobarde que ni siquiera se atrevieron a pisar el hospital de IFEMA o la morgue.

2. Entre el Gobierno y las comunidades autónomas hemos asistido a un carajal competencial insoportable frente a una sociedad confinada y en su inmensa mayoría disciplinados.

3. Entre una Unión Europa fundamental y un gobierno imposible. ¿Alguien se imagina cómo estaríamos y cómo afrontaríamos el futuro fuera de Europa? Esto no va con simplificaciones absurdas de estoy con Holanda contra la propia España. No creo que seamos tan tontos.

El tema es que el dinero, el respaldo y la gestión deberá venir de la mano de la ortodoxia europea porque aquí, seamos sinceros, tenemos el peor gobierno populista posible para afrontar un pedazo crisis como la que nos ha estallado en la cara.

4. Entre Pablo Iglesias como paradigma de la propaganda y saltarse las normas, y las auxiliares de las residencias de ancianos. El vicepresidente del Gobierno que asumió un mando único y que no se atrevió a pisar una sola residencia.

Por cierto, ABC publica un cuadro muy interesante con los porcentajes de ancianos fallecidos en residencias distribuidos por Comunidades Autonómicas y en relación a la población. Muy interesante.

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5. Entre los truños de cada fin de semana nos ha plantado Pedro y los APLAUSOS de las ocho. La impostura y la total falta de empatía de un presidente del Gobierno para con sus ciudadanos frente a unos ciudadanos entregados, obedientes y resignados. Por favor, que alguien revise la estrategia de esos discursos insoportablemente engolados.

Sexta contradicción. Entre los plenos del Congreso y el luto, que cada uno ponga en el escalafón del espectáculo a quien considere oportuno. ¿Se da cuenta la clase política del total distanciamiento que han creado con los votantes y pagadores de impuestos?

Y el luto. Qué bochorno el de este Gobierno, obligado a decretar un luto que no se creyó. Un luto para 27.000 muertos cuando la verdad es que se acercan a los 50.000.

7. Entre los héroes y la demagogia. Un guardia civil repartiendo deberes, una cabo rezando con un moribundo, un policía cantando el cumpleaños feliz, un celador contando un chiste y enfrente un Gobierno ausente salvo para la propaganda, el boletín oficial del Estado y los decretos ley.

8. Entre el pacto con Batasuna y los cocineros, no tenemos derecho a olvidarnos cosas que han pasado estos tres meses como ese pacto para la vergüenza entre el grupo socialista y Bildu. Y ahí está el tío.

Y enfrente, los cientos de cocineros fabricando menús solidarios. Desde José Andrés, Ángel León o el Qüenco de Pepa, a la escuela de hostelería de la Comunidad de Madrid o ese bar de tu barrio con menús para los niños.

9. Entre el miedo de una UCI o de la enfermería de una residencia y el botellón irresponsable a las primeras de cambio. Por favor, no olvidemos lo que ha pasado. No olvidemos el pánico vivido entre marzo y abril. Seamos responsables.

Y 10.- Entre el trabajo y las colas del hambre. Cansado de estos meses de teletrabajo y reportajes casi de guerra en Madrid... afortunado por hacer radio y tener empleo, frente al hambre y literalmente frente a las colas de pobres en la parroquia o en los centros de Cáritas.

Lo dicho. Un montón de contradicciones. Entre el cabreo y la esperanza. La salud y la muerte. El trabajo y la miseria. Entre la radio y el populismo mentiroso.