Han pasado casi tres meses desde que nuestro país cediera ante Marruecos apoyando su solución para el conflicto del Sáhara Occidental. España rompía así con décadas de consenso para la celebración de un referéndum de autodeterminación en la colonia española y de cuya causa Argelia es su principal defensor y valedor del Frente Polisario.

La realidad es que desde Argelia empezaba a quebrarse la relación diplomática con España. Tanto que el pasado jueves tomó la decisión de suspender el Tratado de Amistad y Cooperación con nuestro país. Hablamos de un socio que es fundamental cuando hablamos de energía. Y es que Argelia es nuestro principal suministrador de gas. Tan solo el hecho de que nos cierre el grifo podría suponer elevar los precios hasta límites insoportables. Pero esto no repercutiría solo para España, sino a todos los países de la zona euro.

Desde la Unión Europea amenazaron con tomar represalias contra Argelia si no respeta los acuerdos comerciales. Por eso desde el país magrebí insisten en que existe un “desacuerdo político bilateral” con España pero que eso no va a impedir seguir cumpliendo los compromisos comerciales con la Unión Europea, entre ellos el suministro de gas.

Pero no solo hablamos de gas porque alrededor de un millar de empresas ven peligrar sus ingresos por esta crisis. Sobre todo medianas empresas. Y otro de los frentes que se abren tras esta crisis diplomática es el de la inmigración y la seguridad. El trabajo conjunto de los ministerios de Interior español y argelino ha sido una constante en los últimos años para luchar contra las mafias del tráfico de personas y evitar la llegada masiva de inmigrantes hacía la costa levantina y Baleares. Y también a la hora de intercambiar información en materia terrorista.

Por ahora y a pesar de la posición de Argelia de comprometerse a cumplir con los contratos comerciales con la Unión Europea, todo lo que tiene que ver con este país parece estar en el aire. Para que te hagas una idea, el volumen de negocios de España con Argelia es de unos 3 mil millones de euros anuales en exportaciones de todo tipo. Hay unas 120 grandes empresas españoles que tienen intereses allí sobre todo por estar relacionadas con el mercado energético como Repsol, Cepsa o Naturgy. Luego hay negocios que trabajan allí y facturan y comprar todo lo que necesitan en nuestro país. Por ejemplo las desalinizadoras.

La situación puede llegar a desbloquearse en los próximos días pero por ahora parece que las relaciones empresariales entre ambos países seguirán suspendidas. Por lo menos hasta que pueda mejorar algo la brecha diplomática abierta desde hace menos de una semana. No solo hay empresas que se dedican a la energía sino que hay otros negocios que tienen como cliente a Argelia a la que venden todo tipo de productos, desde cartón pasando por productos químicos o menaje de hogar.

Si apartamos el aspecto económico hay otro asunto preocupante como es el de la inmigración irregular y el terrorismo yihadista. Y es que Argelia es el muro que separa el Sahel, punto de ebullición yihadista. Para que te hagas una idea casi la mitad de las operaciones que se realizan contra presuntos terroristas se llevan a cabo con información del país magrebí. Por eso esta situación no ayuda y puede empeorar el intercambio de información en esta materia.

Y luego está el tema de la inmigración ilegal. Ahora llega el verano y existe el miedo de que se produzcan llegadas masivas de pateras con origen argelino. Cuando hablamos de inmigración nada es casualidad y es por eso que justo antes de que Argelia tomara esta decisión llegaron a Baleares 113 inmigrantes procedentes de Argelia. Una ruta que es realmente peligrosa.

En definitiva, la relación entre Argelia y España se deteriora después de que el país magrebí anunciara que suspendía el Tratado de Amistad y Cooperación con nuestro país. Una decisión que ha provocado una mala relación diplomática, la paralización de acuerdos de cientos de empresas y un cierto temor a la llegada masiva de inmigrantes por el Mediterráneo.